La llegada del buen tiempo tiene muchas cosas buenas, pero también nos trae algún que otro problemilla, sobre todo para nuestros pies. Después de muchos meses utilizando calzado cerrado como las botas o las zapatillas, nuestros pies se han acostumbrado a la comodidad de los calcetines, que nos protegen de las rozaduras y las ampollas que suele provocarnos el contacto directo entre el calzado y nuestra piel. Las ampollas suelen aparecer por la fricción de la piel contra el calzado, que provoca un aumento de la temperatura en la zona y la aparición de las molestas ampollas. Aunque esto puede pasar en cualquier época del año y con cualquier tipo de calzado, lo más común es que aparezcan en verano ya que no solemos llevar calcetines cuando usamos sandalias y porque con el calor es más probable que salgan.
2Qué son las ampollas
Las ampollas son bultos llenos de líquido en la capa externa de la piel. Se forman debido al roce, calor o enfermedades de la piel. Son más comunes en las manos y los pies. Aunque lo más común es que se produzcan por la fricción entre el pie y el calzado, también pueden darse a causa de quemaduras, exceso de frío, eccemas, reacciones alérgicas e infecciones en la piel. Aunque generalmente se curan por sí solas, a veces pueden derivar en un problema grave si, por ejemplo, se infectan. Esto, además de causar mucho dolor puede causar también fiebre y otros problemas de salud. En este caso, necesitarás atención médica. También deberás pedir ayuda a un especialista si no identificas la causa y tienes muchas en una misma zona, o si tienes problemas de salud que puedan causar un problema.