Si hay un espacio donde más suciedad y gérmenes se pueden acumular, junto con el inodoro, es el fregadero. De hecho, mucho más, ya que según la Fundación de Estudios para la Salud y la Seguridad Social (FESS) y la Universidad de Barcelona, en él se concentran hasta 100.000 veces más microorganismos que en el baño.
Pero además en este caso tenemos el problema del fácil atascamiento, sobre todo si fregamos los platos en él, ya que con frecuencia se cuelan restos de comida y otros desperdicios que, por mucho cuidado que tengamos, se va acumulando. Por eso, por higiene y para que el agua fluya correctamente y no se vaya acumulando en la pila, te vamos a mostrar la manera más fácil de desatascarlo, y en pocos segundos.
7EL USO DEL DESATASCADOR

Es siempre el primer remedio con el que puedes probar. La idea es desplazar el tapón que esté obstruyendo la cañería mediante la presión del aire y el agua. Para que el desatascador haga su función es preciso llenar parcialmente el fregadero, tapar el respiradero superior para que no salgan el aire ni el agua por ahí y, tras colocar bien el fregadero sobre el desagüe, propulsar con todas tus fuerzas el aire. Persiste. Y prepárate para los salpicones. La solución no viene a la primera. Suele ser necesario emplearse a fondo.