Durante mucho tiempo las lentejas (y las legumbres en general), han sido un grupo alimentario demonizado por su elevado aporte calórico, al igual que los frutos secos. Sin embargo, con el paso de los años y los nuevos aportes a la ciencia, han pasado a ser alimentos imprescindibles para cualquier dieta equilibrada, incluyendo en las de adelgazamiento.
¿Cómo es esto posible? En primer lugar las lentejas no tienen contenido graso, así que la realidad es que no engordan. Además tienen mucha fibra, por lo que son altamente saciantes. Son una fuente de carbohidratos que nos proporciona energía prolongada. Y por último un bol de lentejas cocidas tiene menos de 250 calorías. Esto significa que podemos tomar un buen guiso de lentejas incluso estando a dieta. Pero claro, no vale cualquier guiso. Las legumbres en sí mismas no engordan, pero los ingredientes con las que las acompañemos sí que hay que revisarlos.
3PREPARACIÓN
Para hacer esta rica receta empezaremos por poner en remojo las lentejas la noche anterior. Hay que utilizar agua abundante porque la legumbre la irá absorbiendo. Al día siguiente las escurrimos y las reservamos mientras comenzamos a preparar las verduras.
En primer lugar picamos la cebolla, el apio, el puerro y los ajos y lo rehogamos durante 5 minutos en una tartera a fuego medio con un poco de aceite de oliva virgen extra. A continuación picamos la calabaza y la zanahoria en dados y los añadimos a la tartera, dándoles unas vueltas, y dejamos que se cocinen otros 5 minutos. Mientras, cortamos también en dados el pimiento rojo y el calabacín, y de nuevo, los incorporamos a la cacerola y salteamos 5 minutos más. Por último troceamos los tomates y los agregamos, y dejamos que se hagan un par de minutos.
Es el momento de aderezar con el laurel, el comino y el pimentón dulce. Podemos añadir alguna otra especia que nos guste, por ejemplo una pizca de romero, cúrcuma, estragón.. Mezclamos todo bien con una cuchara de madera para que se integren los sabores, subimos el fuego y echamos el vino blanco. Dejamos que se evapore durante dos o tres minutos. Después añadimos las lentejas, lo removemos todo bien para mezclarlo e incorporamos agua hasta cubrir las lentejas unos dos dedos, aunque esto depende de si nos gustan más espesas o más líquidas.
Cuando rompa el hervor, tenemos que añadir la patata cortada en dados, y dejamos cocer durante 45 minutos a fuego muy lento y con la tapa puesta. Al final las probamos para rectificar de sal o especias y asegurarnos de que las verduras están tiernas. Listas para comer y repetir sin miedo.