¿Una floristería online? ¿En serio? ¿Eso no estaba inventado ya desde la burbuja de las puntocom? Sí, eso es lo que es Colvin, pero con unos cuantos matices. La semilla de esta startup española germinó allá por 2016 y lo hizo usando como abono cambios referentes a la intermediación, el embalaje o el marketing.
Colvin nació con el objetivo de redefinir el sector de la flor cortada, un mercado fragmentado, caracterizado por tener poca innovación en los últimos 10 años y que estaba controlado por un gran monopolio. Detectamos una oportunidad de cambiar la forma en la que se hacían las cosas, utilizando tecnología para eficientar la cadena de suministro y creando un nuevo ecosistema digital que conecta a agricultores, mayoristas, floristas y clientes», cuenta para Merca2 Andrés Cester, coCEO y fundador de Colvin.
La principal disrupción de Colvin fue -y es- saltarse varios escalafones de la cadena de suministro para acabar con los intermediarios y tener un contacto más directo con los productores. Esto se traduce en algunas ventajas claras para los clientes. «Los consumidores entendieron muy rápido nuestra misión. Vieron que por fin podían disfrutar de sus flores mucho más tiempo y que el producto tenía más calidad y frescura porque venía directamente del campo de nuestros agricultores», asegura el emprendedor.
UN NOMBRE CON HISTORIA
El nombre de la compañía, por cierto, no es aleatorio. Tampoco responde a ningún juego de palabras startupero. Hace referencia a Claudette Colvin, precursora en la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos en EE.UU. Lo eligieron porque querían inspirarse por su historia y espíritu revolucionario.
Curiosamente, hace un par de años llegó a los oídos de la sobrina de Claudette la existencia de Colvin basándose en el nombre de su tía y decidió escribir a la compañía por Instagram. Afortunadamente, no fue para demandarlos ni nada parecido, sino todo lo contrario. Les cóntó que les había emocionado que hubieran ‘bautizado’ a la empresa inspirándose en ella.
´La cosa acabó concretándose en un encuentro en España, donde la startup le entregó un detalle para que se lo diera a su tía en su regreso a EE.UU. Así lo hizo esta y grabó un vídeo con la reacción de emoción de su familiar al conocer su historia que «no se nos olvidará jamás».
DEL B2B AL B2C
El usuario tipo de Colvin son mujeres, aunque las cosas están cambiando. «Cada vez se amplía más el rango de edad y el género es más diverso. Hombres y mujeres compran flores y plantas a diario como una muestra de cariño hacia alguien que quieren o hacia sí mismos. Compran un Colvin como un regalo fresco, de calidad y que dura porque viene directo del campo, es original y único en cuanto a diseño, composición y packaging», afirma Andrés.
Después de un tiempo operando centrada en el consumidor final, la compañía también decidió dirigirse a las empresas. En este sentido se han esforzado porque su modelo de plataforma pueda servir como marketplace a otros profesionales. El propio Andrés contaba hace unos meses -en un comunicado de prensa- que querían «beneficiar y dinamizar a todo el sector en su conjunto, empezando por las flores y plantas, pero también en el futuro para otros productos perecederos”. En este momento su negocio B2B es el que está creciendo más rápido en Colvin.
Otro punto de inflexión en la historia de la firma ha sido la llegada de la pandemia. Durante el ejercicio 2020 el servicio envío más de 10 millones de flores, se duplicó el tamaño del equipo hasta las 200 personas y abrieron un vertical dedcado al mundo de las plantas: Colvin Jungle.
«Fue un momento excepcional para todos y también para Colvin. El comercio online se aceleró y la demanda online de flores y plantas se multiplicó por 4 en algunos momentos del 2020», recuerda Cester. Fue un momento clave en el que nos paramos a escuchar y reflexionar sobre el papel de Colvin con los agricultores, con el equipo y con los usuarios en un momento tan delicado en el que querían seguir conectados con su gente«, explica el emprendedor.
FINANCIACIÓN Y ‘UNICORNIZACIÓN‘
Pese a las sucesivas rondas de financiación que Colvin ha ido cerrando, los dos co-fundadores mantienen un «porcentaje relevante de la compañía». Tras la serie C Eurazeo -inversora en marketplaces europeos como Glovo o ManoMano- se convirtió en uno de los principales inversores de la compañía, junto con Capagro, Milano Investment Partners SGR, P101, Samaipata y Bynd.
Esta última operación se cerró en julio del año pasado y le permitió conseguir 45 millones de euros de fondos, un dinero que ha podido invertir en tecnología y en seguir ampliando su plantilla con la incorporación de 100 personas.
Aunque el nombre de Colvin forma parte de algunas quinielas sobre futuribles unicornios españoles, desde la compañía aseguran que «de momento no es una prioridad». Ahora mismo están centrados en afianzarse en los cinco mercados donde ya operan, además de continuar siendo una empresa sólida y con margen para seguir creciendo. «Las empresas unicornio tienen una base tecnológica potente, pionera y con mucho talento profesional. Si llegamos a serlo, reafirmará que lo estamos haciendo bien», opina el coCEO de Colvin.
DEL ONLINE AL OFFLINE
Colvin está tratando de llevar sus productos a los usuarios de una manera más física y experiencial. En este sentido, en las últimas semanas ha puesto en marcha una iniciativa denominada ‘Colvin Lovers pop up store’ que consiste en la apertura de tiendas efímeras en distintas ubicaciones.
Las popups se abrirán temporalmente en distintos emplazamientos de España, Portugal, Italia y Alemania
Las popups se abrirán temporalmente en distintos emplazamientos de España, Portugal, Italia y Alemania de manera rotatoria durante todo este 2022. Lo harán en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Milán, Roma, Lisboa o Berlín.
«Se trata de un proyecto que pone en valor el contacto directo con los usuarios, la experiencia física del producto y la cercanía que llevamos construyendo durante más de 5 años de trayectoria. Es una oportunidad para complementar nuestro servicio online y seguir revolucionado la industria de las flores y plantas con una propuesta divertida y fresca», señala Cester.
ADQUISICIONES Y PLANES DE FUTURO
Colvin empezó el 2022 con fuerza y unos días después de Reyes anunció la adquisición de la compañía francesa Monsieur Marguerte, una de las empresas referentes del mercado francés en la venta online de flores y plantas con un modelo basado en la sostenibilidad y la proximidad.
Esta operación le permitía ampliar su presencia en Europa con la llegada al mercado galo y aterrizando en él de la mano de una empresa con cierta y experiencia en el terreno local. Unos meses después la startup española volvía a abrazar el M&A y replicaba su acción en otro mercado europeo, esta vez el italiano. Comunicaban la compra de Bloovery.
«Bloovery y Monsieur Marguerite significan un paso hacia delante en nuestra estrategia de crecimiento. Italia es uno de los mercados más importantes en Europa en el sector de las floricultura, además de nuestro segundo mercado por volumen, y Francia es la región más activa y con una gran vinculación al mundo de las flores y plantas», aclara el co-fundador de Colvin, quien asegura que ambos acuedos aportan «valor a su visión de conectar de una forma más eficiente a agricultores, mayoristas, floristas y clientes» usando para ello la tecnología.
Ante la pregunta de si piensan seguir apostando por las adquisiciones como base de su estrategia de internacionalización, Colvin ha guardado silencio. Sin embargo, la startup sí que ha ‘soltado prenda’ en otros aspectos relativos a su futuro.
la compañía cuenta con un equipo de alrededor de 300 personas y tiene centros de operaciones en Barcelona, Florencia y Berlín
«Tenemos muchos planes que están por venir, pero en general todos están alineados con nuestra visión de transformar el sector de la floricultura. Queremos seguir creciendo en los mercados en los que estamos, seguir mejorando nuestro servicio, ofreciendo productos frescos y de proximidad con la mejor experiencia a nuestros usuarios y sobre todo impulsar el tejido de agricultores a través de productos de origen local», concluye Cester.
Actualmente la compañía cuenta con un equipo de alrededor de 300 personas y tiene centros de operaciones en Barcelona, Florencia y Berlín.