Aunque se puede tomar durante todo el año, el salmorejo es una de esas recetas que, como el gazpacho, resulta perfecta para los meses de verano. Una sopa o crema fría que te sentará genial después de una mañana de trabajo o estudio.
La elaboración puede cambiar un poco en cada región, pero hoy queremos hablarte de dos ingredientes que van a potenciar todavía más su sabor y que harán de esta crema fría un plato consistente y nutritivo.
3Empieza cociendo los huevos
El salmorejo es una receta que se toma fría, así que cuando le incorpores el huevo es mejor que este no esté todavía caliente de la cocción. Por eso, cocer los huevos es precisamente lo primero que vamos a hacer.
Pon una cazuela al fuego con agua suficiente para cubrir toda la superficie del huevo. Añade un poco de sal y una cucharada de vinagre. Incorpora los huevos y, una vez que empiecen a hervir, espera 10 minutos antes de retirarlos.