Poco a poco van abriendo las piscinas públicas para recibir a los bañistas deseosos de darse un chapuzón. Es una de las principales atracciones del verano, especialmente en zonas donde no hay playa. Cientos de usuarios acuden a nadar, tomar el sol, jugar en el agua o hacer un pícnic entre chapuzón y chapuzón a estos pequeños oasis urbanos. La diversión está asegurada, pero también hay que asumir ciertos riesgos, ya que se trata de áreas que pueden favorecer la transmisión de diversas infecciones.
8PIÉ DE ATLETA
El pie de atleta es una infección por hongos que afecta a la planta de pie. Hace que la piel se inflame y se ablande, y que se formen grietas que resultan dolorosas en cada pisada. Requieren tratamiento médico. Para evitarlos es fundamental el uso de chanclas de piscina en las instalaciones públicas. Cuanto menos se pise con el pie descalzo, menor será el riesgo.