Poco a poco van abriendo las piscinas públicas para recibir a los bañistas deseosos de darse un chapuzón. Es una de las principales atracciones del verano, especialmente en zonas donde no hay playa. Cientos de usuarios acuden a nadar, tomar el sol, jugar en el agua o hacer un pícnic entre chapuzón y chapuzón a estos pequeños oasis urbanos. La diversión está asegurada, pero también hay que asumir ciertos riesgos, ya que se trata de áreas que pueden favorecer la transmisión de diversas infecciones.
7DERMATITIS EN LAS PISCINAS
La probabilidad de sufrir una dermatitis en una piscina se incrementa si el baño se prolonga durante mucho rato. Puede aparecer en forma de erupciones generalizadas, ronchas rojas, habones que pican mucho o lesiones en forma de ampolla. Generalmente, se debe a una reacción a los productos utilizados para la limpieza del agua, y no suelen necesitar un tratamiento específico, sino que se curan por si solas con el paso de los días, evitando una nueva exposición.