Poco a poco van abriendo las piscinas públicas para recibir a los bañistas deseosos de darse un chapuzón. Es una de las principales atracciones del verano, especialmente en zonas donde no hay playa. Cientos de usuarios acuden a nadar, tomar el sol, jugar en el agua o hacer un pícnic entre chapuzón y chapuzón a estos pequeños oasis urbanos. La diversión está asegurada, pero también hay que asumir ciertos riesgos, ya que se trata de áreas que pueden favorecer la transmisión de diversas infecciones.
6IRRITACIONES RESPIRATORIAS
Estas irritaciones están producidas generalmente por la evaporación de las cloraminas, que irritan las mucosas nasales, respiratorias y oculares. Pueden ocurrir en piscinas públicas, pero son más frecuentes en hidromasajes y spas cerrados. En los casos más graves existe el riesgo de infección por la bacteria legionella, que prolifera en aguas estancadas y puede provocar neumonías en pacientes con el sistema inmunológico comprometido, con enfermedades respiratorias previas, fumadores o mayores de 50 años.