Con la llegada del buen tiempo empieza la época de las sandalias, las protagonistas indiscutibles del verano en lo que a calzado se refiere. Después de muchos meses utilizando calzado cerrado como las botas o las zapatillas, nuestros pies se han acostumbrado a la comodidad de los calcetines, que nos protegen de las rozaduras y las ampollas que suele provocarnos el contacto directo entre el calzado y nuestra piel. Por eso es importante cuidar nuestros pies ante la inminente llegada de las altas temperaturas y empezar a prepararnos para estrenar sandalias nuevas.
6Fíjate en la suela y usa plantillas
Las sandalias no solo pueden hacernos mucho daño en la superficie del pie debido al roce de las costuras, sino que también pueden llegar a ser muy dañinas para la planta de nuestros pies. Una de las afecciones más comunes relacionada con el dolor de pies es la metatarsalgia, un dolor intenso y punzante que se produce en las almohadillas de la planta del pie debido a las suelas suras y rígidas. Esto suele pasar sobre todo cuando hablamos de sandalias planas y con poca suela, que suele ser rígida para protegernos del suelo con muy poco material, pero que daña y mucho nuestra pisada y provoca esas incómodas ampollas en la planta que tanto cuesta quitarse. Si observas que la suela de tus sandalias nuevas es rígida y dura, prueba a usar plantillas sobre todo al principio y verás como no te vuelven a hacer daño nunca más.