Con la llegada del buen tiempo empieza la época de las sandalias, las protagonistas indiscutibles del verano en lo que a calzado se refiere. Después de muchos meses utilizando calzado cerrado como las botas o las zapatillas, nuestros pies se han acostumbrado a la comodidad de los calcetines, que nos protegen de las rozaduras y las ampollas que suele provocarnos el contacto directo entre el calzado y nuestra piel. Por eso es importante cuidar nuestros pies ante la inminente llegada de las altas temperaturas y empezar a prepararnos para estrenar sandalias nuevas.
3Moldea tus sandalias antes de empezar a usarlas
Cuando nos compramos ropa o calzado nuevo lo primero que queremos hacer es estrenarlo inmediatamente. Sin embargo, con las sandalias no debemos hacer esto ya que, como hemos dicho antes, después de tantos meses usando calzado cerrado y con calcetines, es muy probable que el cambio nos provoque roces, heridas y ampollas, sobre todo si éstas están nuevas y todavía no las hemos amoldado a nuestro pie y a nuestra forma de caminar. Una de las formas más fáciles y efectivas de hacer esto es el método del congelador. Para ello llena de agua la mitad de una bolsa de congelar y colócala dentro del zapato. Luego introduce el zapato en el congelador y espera a que el agua se congele. De esta forma conseguirás ensanchar la horma fácilmente para que el calzado no te apriete.