Con la llegada del buen tiempo empieza la época de las sandalias, las protagonistas indiscutibles del verano en lo que a calzado se refiere. Después de muchos meses utilizando calzado cerrado como las botas o las zapatillas, nuestros pies se han acostumbrado a la comodidad de los calcetines, que nos protegen de las rozaduras y las ampollas que suele provocarnos el contacto directo entre el calzado y nuestra piel. Por eso es importante cuidar nuestros pies ante la inminente llegada de las altas temperaturas y empezar a prepararnos para estrenar sandalias nuevas.
2Lo primero de todo: escoger la talla adecuada
Aunque parezca algo obvio, lo cierto es que no siempre llevamos nuestra talla de calzado de adecuada. Por ejemplo, a veces cuando no encontramos unos zapatos que nos han encantado en nuestra talla, optamos por comprar una mayor o menor si más o menos se nos ajusta. Esto es un error de principiante que debemos evitar a toda costa con cualquier tipo de calzado, sean sandalias, botas, zapatillas o cualquier otro tipo de calzado. Por otro lado, a veces aunque nos compremos nuestro número correcto no tenemos en cuenta algunas cuestiones como el ancho del zapato. No todo el calzado de nuestra talla nos va a servir. Tenemos que fijarnos en la horma porque si es demasiado estrecha nos hará daño seguro. La regla básica es que el calzado se ajuste correctamente al pie y que los dedos nunca lleguen al borde.