Naturgy cotiza a 28 euros por acción actualmente, un precio demasiado alto para prácticamente todas las firmas de análisis que siguen la evolución de la compañía. La energética que dirige Francisco Reynés camina ente incertidumbres por la escisión en dos de su negocio y la salida a bolsa de su spin-off, además de las tensiones en el accionariado tras la opa del fondo australiano IFM. Un camino por recorrer al que los expertos ven un escaso potencial de revalorización, lo que ha llevado a la firma española ha alcanzar récord de consejos de venta.
Así lo refleja el consenso de mercado recogido por Bloomberg, casi unánime en el consejo de deshacerse de los títulos de Naturgy. En este sentido, son 18 las entidades que recomiendan vender, siendo esta cifra el 75% de las firmas. Respecto al 25% restante, las 6 casas de análisis apuestan por mantener el valor en cartera y ninguna aconseja comprar en este momento. Además, el precio objetivo que establece el consenso se sitúa en los 22,83 euros por acción, muy por debajo de su precio actual.
Se trata de unas estimaciones que prevén un reequilibrio en la cotización de la compañía energética, en parte por la situación del mercado regulado en España y por las incertidumbres que a día de hoy genera la división de la propia empresa. La intención de Naturgy es escindir el grupo en dos, dedicando una parte a los activos de infraestructuras reguladas y otra a los activos de generación y comercialización no regulados.
INCERTIDUMBRE POR LA FECHA DE ESCISIÓN
La estrategia, denominada proyecto «Géminis», todavía no se ha formalizado y no hay fecha concreta para su finalización, algo que aporta más incertidumbre al mercado. «Lo primero importante es ver cómo se van a resolver las diferencias entre sus accionistas de control y tanto en cuando no se produzca la escisión definitiva de los negocios del grupo y se vea qué parte toca a quién», explica Antonio Castelo, analista de iBroker a Inversión.es.
Por lo que el experto ve difícil pronosticar como afectará la situación a la cotización de la compañía «ya que el resultado de esa división, hoy por hoy, es muy difícil de determinar». Aunque es cierto, según destaca Castelo, «cuando se produce un spin-off es muy normal que la suma de las partes llegue a valer más de forma individual que el negocio en su conjunto. En este caso habrá que esperar para ver cómo se va a definir realmente, como se dividirá exactamente el negocio, los ingresos y los costes y, en definitiva, como será la estructura que quede».
Aranzazu Bueno, analista de Bankinter, cree que «la incertidumbre provocada por el conflicto bélico en Ucrania y por las medidas que el Gobierno podría abaratar la factura energética (electricidad y gas) dificulta asignar valor a cada uno de los dos negocios y aconseja poner en pausa la operación. Una circunstancia por la que considera que «es probable que este retraso impida que la escisión se materialice antes de final de año».
IMPACTO NEGATIVO POR EL MERCADO REGULADO
Para Antonio Castelo y el consenso de analistas, la cotización de Naturgy ha estado por encima de su valor real en los últimos meses, impulsada especialmente por la subida del precio del gas natural. De hecho, gracias a este factor las acciones de la compañía llegaron a tocar máximos en los 30 euros, «donde se ve que tiene una fuerte resistencia», según indica el analista de iBroker. Pero los expertos estiman que el precio de sus títulos vuelvan a caer próximamente.
«Como ya se vio durante el último trimestre del año y tras el estallido de la guerra en Ucrania, es evidente que una subida en los precios del gas le beneficia y así lo ha reflejado su cotización cuando se han producido estas circunstancias. Pero, dado su modelo de negocio, esa subida en los precios del gas se va a compensar con un impacto negativo por menores ingresos regulados (obviamente en España) y por la menor capacidad en el gaseoducto del Magreb junto con menores márgenes de comercialización», asegura Castelo.
Desde Bankinter destacan por el lado positivo un mayor factor de carga en renovables, algo de mejora en el margen de comercialización y el mantenimiento del buen comportamiento de redes en el mercado Latinoamericano para el resto del año. Sin embargo, la entidad pone el foco en la parte internacional del negocio del gas, que «se enfrenta a una comparativa más exigente para la segunda mitad de año, ya que los precios de las commodities comenzaron a repuntar ya en el segundo semestre de 2021.
MENOS LIQUIDEZ TRAS LA OPA
Asimismo, el banco español ajusta sus estimaciones por el «modesto» crecimiento previsto para 2022 y mantiene su recomendación de venta sobre el valor. Aún así, la entidad sube su precio objetivo desde los 27,70 euros hasta los 28,10 euros por acción. Entra las razones que esgrime la analista de Bankinter para se encuentran los ratios exigentes de valoración y el «escaso potencial de revalorización», la menor liquidez tras la opa de IFM (free float de 15% frente al 32% anterior) y la poca atractiva rentabilidad por dividendo, inferior al 4,4%.
Es por ello que ven otros valores con mayor potencial alcista, más liquidez y más rentabilidad por dividendo en el sector energético, como Enagas o Red Eléctrica. Al respecto de la operación de IFM, el experto de iBroker considera que Naturgy «durante meses ha contado con el comodín de la opa lanzada por el fondo australiano», pero que el hecho de conseguir hacerse solamente con 10,8% del capital le obligó a seguir comprando acciones en el mercado, «lo que llevó su precio a niveles máximos alcanzados a mediados de enero».
En este sentido, Castelo coincide también en que la opa ha supuesto una mayor liquidez que le resta atractivo al valor. «Criteria, que es su mayor accionista y que era contrario a la OPA de IFM, también fue comprando títulos en el mercado y esto ha hecho que el free-float se haya estrechado mucho», añade.