España es uno de los países con más funcionarios en términos relativos. Es un país además donde no prima precisamente una mentalidad tipo americana, es decir, de montar tu negocio y trabajar para uno mismo, sino que sueñan con conseguir una plaza fija como funcionario y despreocuparse de por vida. Vamos a lo seguro, aunque cobremos menos, que como luego veremos no suele ser así en muchos caso tampoco.
Y es que el paro endémico que tiene nuestro país, unido a la inseguridad laboral y los bajos sueldos en muchos casos, hace que valga la pena sacrificar unos años estudiando para obtener una plaza que no solo te dará un sueldo de por vida sino otros privilegios que veremos y que la mayoría de empleados de empresas privadas no tiene, al menos en los rangos bajos y medios. Además, como puedes leer aquí, sus privilegios aumentarán próximamente.
1UNA FIEBRE FUNCIONARIAL
Y no hablamos solo de demanda por parte de una población cada vez más azotada por temporalidad, crisis, bajos sueldos… sino de oferta. Y es que con el Gobierno actual ha surgido una nueve fiebre empleadora pública. En parte por eso los datos de paro y afiliación han mejorado: si miramos bien las cifras, un gran porcentaje son empleos públicos, creados por el Estado y las comunidades autónomas.
Según este estudio, el coste para el Estado de cada empleado público a las arcas del Estado ha registrado un crecimiento progresivo, desde una media anual de 40.000 euros en 2005 a los 58.000 en 2020. Son, precisamente, las comunidades autónomas las que han protagonizado el ‘boom’ del empleo público en los dos últimas décadas, con una aceleración durante la legislatura de Pedro Sánchez y sobre todo tras la pandemia.