Gabriela Chang es cofundadora de Ethichub, una plataforma basada en tecnología blockchain a través de la cual inversores pueden financiar a pequeños agricultores de países con economías desbancarizadas. Hablamos con la empresaria de las inversiones sociales, de las finanzas descentralizadas (DeFi) y de la actualidad que rodea al ecosistema criptográfico.
Cuéntamos la trayectoria de Ethiclub: cómo nace, en qué consiste, cuál es su estrategia diferencial…
EthicHub es una empresa social, nativa de la tecnología blockchain, que surge para resolver una disfunción del sistema financiero que ha excluido a un cuarto de la población mundial. Un gran porcentaje son pequeños productores de materias primas. Personas trabajadoras y con una actividad rentable que son incapaces de romper el círculo de la pobreza que les atenaza, simplemente porque todo el esfuerzo de su trabajo va exclusivamente destinado a pagar unos elevados intereses por los préstamos que solicitan en efectivo en sus comunidades. Y hablamos de préstamos con intereses anuales superiores al 100% pero aun así son capaces de pagarlos.
EthicHub ha construido un puente tecnológico entre ellos y cualquier inversor del mundo para crear un ecosistema donde todos ganemos con la colaboración mutua. Disponemos de una plataforma para que cualquier persona pueda invertir en los proyectos de estas personas y lograr un retorno económico. El dinero que logramos lo transformamos en una nueva herramienta de financiación con un tipo de interés mucho más barato y accesible para ellos. Así que además de lograr ese retorno económico que no lo encuentras dejando tu dinero en el banco, el inversor está colaborando en el desarrollo de estas familias, generando un triple impacto a nivel global: social, económico y medioambiental.
¿Cuáles son las previsiones para la compañía, el plan de ruta para este año, además teniendo en cuenta los factores que están marcando la industria de los criptoactivos: crisis entre Rusia y Ucrania, el anuncio de la subida de los tipos de interés por parte de los bancos centrales, o la variante ómicron…?
Después de validar nuestras hipótesis en México y de financiar a cientos de pequeños agricultores con impagos por debajo del 1%, ahora queremos escalar nuestro modelo y estar presentes en otros muchos países. El problema que nos enfocamos en resolver se repite lamentablemente en muchas partes del mundo. Como startup somos muy conscientes de que tenemos que ser muy flexibles y actuar en función de las circunstancias pero teniendo siempre en mente nuestro propósito original. Por ejemplo, cuando el COVID se manifestó con toda su virulencia, fuimos capaces de potenciar otro de los ejes en los que trabajamos que es la comercialización del café de nuestros agricultores. Actualmente estamos presentes en EE.UU., Canadá, Reino Unido, China y Europa y en estos mercados internacionales logramos para ellos unos mejores precios de venta de los que pueden conseguir en sus localidades de origen.
Siempre van a existir elementos exógenos que no podemos controlar pero tenemos un modelo nos permite ser muy flexibles sin afectar a nuestro objetivo último.
¿Cuáles son los grandes puntos, tendencias, que vamos a tener que vigilar a lo largo de este año con las criptomonedas desde tu punto de vista?
Este es un ecosistema con una extraordinaria creatividad y las ideas y propuestas se suceden casi a diario, pero si tuviera que adelantar una tendencia futura, apostaría por el crecimiento del mundo de la inversión de impacto dentro del ecosistema cripto. Una tecnología tan disruptiva como ésta nos está permitiendo repensar nuevos modelos colaborativos y otra forma de hacer las cosas. Ya tenemos ejemplos funcionales con propuestas muy interesantes en este sentido como por ejemplo CELO y también se empiezan a consolidar fondos de inversión en cripto que buscan proyectos de impacto. Estos movimientos, hace unos años, eran inexistentes. No sé si será este año o el siguiente pero será, seguro. Porque la sostenibilidad no es una moda sino una tendencia global. El mundo de la inversión de impacto y la tecnología Blockchain están condenados a entenderse por los propósitos del primero y las herramientas que proporciona el segundo.
¿Qué busca el público? Porque a día de hoy se comenta mucho el tema de las criptomonedas. Todo el mundo conoce a alguien que tiene, que invierte o que está puesto en el tema pero ¿crees que hay información clara? ¿No es muy rápido todo y genera una brecha de conocimiento? ¿Cómo se gestiona esto y cómo lo gestiona EthicHub?
Sí, muy de acuerdo. Todo esto está avanzando muy rápido. Desde Ethichub siempre hemos apostado por la formación. Desde que empezamos a operar, hemos realizado talleres y encuentros presenciales y abiertos para explicar la tecnología a cualquier persona interesada. Y seguimos con esa buena práctica a día de hoy. Creo que es importante que las nuevas incorporaciones aprendan el origen de todo esto, las motivaciones de los creadores, cómo funciona la tecnología o la enorme propuesta de valor que significa la descentralización. En este ecosistema siempre va a ser mejor preguntar que lamentar y creo que un buen consejo es no hacer nada si no estás seguro de lo que vas a hacer. Y este consejo sirve para todo el público en general, independientemente de su perfil.
¿Cómo ves la labor de los reguladores? Muchas entidades de crédito, bancos… lo han visto como un peligro, ¿Crees que sigue siendo así, o están ya más por la labor?
Creo que se está abriendo a nivel global una inmensa oportunidad para todos los países y que el objetivo debería ser dar las condiciones regulatorias adecuadas para fomentar el desarrollo e inversiones en torno a todo este ecosistema. Los países que se muestren más reticentes y desarrollen regulaciones excesivas e inoperantes verán como los proyectos y las inversiones se irán a otros lugares donde encuentren una regulación más favorable. Y ahí se generará riqueza y puestos de trabajo. Como sucedió con Internet, surgirán nuevos proyectos disruptivos que dejarán desfasados otros modelos de negocio de larga tradición. Y si estos son incapaces de subirse a esta nueva ola de innovación pueden pasarlo muy mal. Lo mismo será con Blockchain: pueden percibirlo como una amenaza y tratar de evitar lo inevitable o verlo como una inmensa oportunidad.
España ya ha ido dando pasos en el marco regulatorio. ¿Crees que la regulación llegará a lo largo de 2022?
En cierta forma la regulación siempre ha estado ahí. Es verdad que cuando todo esto empezó los reguladores no prestaron mucha atención pero eso no significaba que no llegara una regulación más específica en un momento dado. En nuestro caso, cuando empezamos, no había necesidad de realizar un proceso de identificación del usuario pero sí que lo hicimos previendo que esa sería una exigencia futura. Todo esto es muy nuevo y la innovación siempre va dos o tres pasos por delante de la regulación. Hasta entonces lo mejor es prepararse y actuar con sentido común.
Aunque en los países nórdicos hay mujeres en puestos altos en empresas tecnológicas, en la industria de las criptomonedas y Blockchain hay pocas. ¿Por qué crees que es? ¿has notado un aumento en estos puestos? ¿Les cuesta atreverse a dar el paso? ¿Crees que es un terreno equilibrado en el que existe diversidad de género?
España es líder europea en la participación femenina dentro de Fintech con un ratio del 57%, pero es cierto que esta cifra aún no repercute proporcionalmente en los puestos de liderazgo. Creo que culturalmente hay un rezago en las profesiones tecnológicas desde la base (ESO, Bachillerato) y que programas como STEM Talent Girl van eliminando estos condicionantes al aportar roles femeninos de éxito para que las niñas (y niños) crezcan sin los estereotipos que modelaron a nuestras generaciones.