A lo largo de toda la geografía de España nos encontramos con muchos pueblos que ya hace tiempo que dejaron de cumplir con su principal función, es decir, ser un hogar para alguien. Son lugares abandonados que todavía conservan cierto misticismo y que merecen una visita. La riqueza artística y paisajística de España es impresionante, solo comparable a países como Italia o Francia. Pero lo típico es visitar los lugares más turísticos, rutas establecidas y pueblos que siempre están en las listas de más visitados y que suelen estar bastante poblados, pero ¿qué pasa con los cada vez más localidades abandonadas?
Pues cada vez hay más y muchos están en muy buen estado, pero sobre todo esconden joyas, rincones y esa atmósfera casi mágica de algo otrora lleno de vida y ahora «habitado» por el silencio y la mera naturaleza. Te mostramos un montón de ejemplos para unas escapadas o vacaciones de verano diferentes. Repetirás y acabarás haciendo rutas y deseando visitar más pueblos abandonados.
LUGARES ABANDONADOS EN ESPAÑA DE OBLIGADA VISITA
Sepultados bajo el agua, asolados por la guerra, protagonistas de éxodos… son aldeas que se han quedado congeladas en el tiempo o que están completamente en ruinas. El caso que hay casi tres mil pueblos en nuestro país que se encuentran abandonados, más otro elevado porcentaje que están prácticamente despoblados.
No en vano, durante los años 1950 y 1970 tuvo lugar en España un éxodo rural espectacular por la falta de oportunidades para trabajar en el sector de la agricultura. Muchos fueron los intentos por repoblar alguno de estos lugares posteriormente, pero parece ser que fue en vano. También hay sitios que con el paulatino éxodo a las grandes ciudades y descenso de natalidad se han quedado sin vecinos más recientemente. Un fenómeno que han provocado movimientos nacionales como la España Vaciada.
Veamos ya una amplia muestra de pueblos abandonados para visitar…
14AINIELLE, UNO DE LOS PUEBLOS ABANDONADOS MÁS FAMOSOS
Situado en Huesca, podría contarse como uno de los muchos pueblos que han ido quedando despoblados en la zona del Pirineo aragonés. Pero Ainielle ha conseguido destacar gracias al escritor Julio Llamazares que lo convirtió en el escenario de una de sus novelas, La lluvia amarilla, que trata sobre las reflexiones interiores del último habitante de este pueblo, hoy vacío.
Su protagonista nos cuenta como año tras año los más jóvenes se iban marchando, mientras que los mayores iban muriendo. Tras el fallecimiento de su mujer, se convierte en el último y el único habitante de Ainielle. La localidad lleva vacía desde 1970 pero la novela de Llamazares hizo que se convirtiera un lugar de peregrinación. Cada año se organiza una marcha senderista por la zona.
Veamos otro ejemplo oscense, para aprovechar la escapada…