Abertis Mobility Services, filial de Abertis, colabora en un nuevo sistema de peajes, liderado por la asociación Mesura para implantar un sistema de pago por uso en Valencia. Por ahora, ninguna de las grandes ciudades ha recogido las directrices del Gobierno, que permiten instalar un peaje en el centro de las ciudades. Ni Madrid ni Barcelona la han contemplado, al menos a corto plazo.
Para ello, Abertis se apoya en su filial tecnológica que dispone de soluciones para la gestión de infraestructuras y de movilidad inteligente urbana. Se trata de un proyecto piloto de peaje en el que se estudia, entre otras, cómo implantarlo en las entradas de las urbes con zonas de bajas emisiones (ZBE). Asimismo, también estudian cómo se podrían fijar los precios en base a distintos criterios, como la diversidad funcional, la familia numerosa, autónomos, vehículos eléctricos y residentes.
El gran problema que se enfrentan estas zonas de bajas emisiones es que la mayoría que de las personas que entran en las grandes ciudades acuden a sus puestos de trabajo y centros educativos en su propios vehículos ante la ineficiencia del transporte público.
ABERTIS HACE PRUEBAS PARA REDUCIR DRÁSTICAMENTE EL TRÁFICO
El proyecto piloto está haciendo pruebas en la ciudad de Valencia y tiene como principal objetivo reducir el tráfico en las ciudades y mejorar así la calidad del aire. Sin embargo, la implantación de estas medidas en plena inflación galopante, con subidas de impuestos y en una economía en crisis podría ser contraproducente para el bolsillo de los ciudadanos.
La asociación Mesura, en colaboración con la filial de Abertis y el Ayuntamiento de Valencia, dirigido por Joan Ribó y Mónica Oltra, trabaja en este modelo para implantar diferentes tarifas que recojan situaciones específicas como trabajadores, personas con diversidad funcional o vehículos menos contaminantes, entre otras variables.
Abertis Mobility Services ofrece al proyecto una solución conectada con la nube para la gestión inteligente del tráfico a través del pago por uso y pago por contaminación, basada en tecnología vía satélite y en el vehículo conectado. Esta misma aplicación ya funciona en algunos estados de EE UU, como Oregón y Utah, y próximamente en Virginia.
LA INEFICACIA DEL TRANSPORTE PÚBLICO, EL GRAN ALIADO DEL VEHÍCULO PRIVADO
El sistema evitaría las barreras y actuaría como en el interior de las ciudades como Madrid, mediante cámaras. Asimismo, otro de los fines es que los ciudadanos utilicen el transporte público. Sin embargo, está más que demostrado que el servicio público casi nunca cumple el horario, hay aglomeración en las horas punta y no hay posibilidad de utilizarlo a partir de ciertas horas de la noche. Además, las familias con hijos tienen que compaginar horarios y no hay otra forma que utilizar el vehículo privado para acceder a la ciudad.
Para conseguir que Valencia sea una ciudad neutra en carbono en 2030, el equipo apunta a la necesidad de reducir «de forma drástica el vehículo privado» debido a que más del 50% de las emisiones emitidas dentro de la ciudad provienen del transporte. Asimismo, no discriminan entre el vehículo eléctrico y de combustible para alcanzar esta meta.
«Es una de las soluciones más efectivas», ha asegurado la empresa. La finalidad, además, «priorizará el espacio en la ciudad para los peatones, transporte público sostenible, bicicletas y patinetes«. En Barcelona se ha intentado un modelo similar mediante la imposición de zonas residenciales y verdes con vetos para el vehículo privado. No obstante, estas medidas están ahora en los tribunales al considerar los demandantes que los vehículos venidos de fuera de la ciudad generan riqueza.
LA FILIAL DE ABERTIS PREFIERE EL PEAJE A LAS ZBE
Este tipo de peajes es una de las directrices de la ley estatal de Cambio Climático para las 149 ciudades españolas de más de 50.000 habitantes. Todos estos municipios tendrán que desincentivar la entrada de vehículos en zonas contaminadas o congestionadas. Para comprender mejor la situación, Christian Barrientos, CEO de Abertis Mobility Services, se hace eco de los datos de la ONU y del Banco Mundial. En concreto, que el 60% de la población mundial va a vivir en ciudades en 2030 y para el año 2050, será el 70%. Es decir, entre una quinta y una cuarta parte de la población mundial se introducirá en las ciudades.
La gestión del tráfico urbano no pasa únicamente por la implantación de una ZBE
En el caso de España, ciudades como Barcelona y Valencia, por ejemplo, están delimitadas geográficamente y la capacidad para acoger más personas es muy escasa. Por ese motivo, se están tensionando las áreas metropolitanas y colindantes a estas grandes urbes. «Se espera que el volumen de coches va a ser más del doble respecto del actual», ha puntualizado el directivo.
Al contrario que en Barcelona, la filial de Abertis cree que «la gestión del tráfico urbano no pasa únicamente por la implantación de una ZBE» porque se volverán a tener ciudades congestionadas de vehículos eléctricos. «La solución, según los expertos, pasa por implantar sistemas de pago por uso o ecopeaje», ha destacado.
EL GOBIERNO PERMITE FIJAR PEAJES PARA ENTRAR EN LAS CIUDADES
La nueva normativa permite instaurar una tarifa de entrada en estas ciudades, pero la polémica medida llega en un momento en el que los precios de todos los productos está disparado. Asimismo, los planes del Gobierno apuntan a la implementación de los peajes en todas las autovías y autopistas, mermando los bolsillos de los consumidores.
El modelo a imitar es el de las grandes urbes europeas, como Londres. Sin embargo, pese a pagar cerca de 25 libras para entrar en el centro, sigue siendo la ciudad más contaminada del Viejo Continente. En la City se implantó el peaje urbano en 2003.
EL PEAJE URBANO NO DISMINUYE LA CONTAMINACIÓN
Otras ciudades se han sumado a este peaje, como Estocolmo y Gotemburgo, donde la transición energética se ha tomado seriamente eliminando las estufas de carbón desde hace más de una década.
En estas ciudades suecas se utilizan las bombas de calor y el uso del vehículo eléctrico es una realidad palpable. Milán también implantó la medida, pero los niveles de contaminación no se han reducido. De hecho, en 2015 tuvo que prohibir la circulación durante varios días y en 2022 sigue siendo una de las más contaminadas de Europa. Tan sólo el confinamiento de la población durante la pandemia ha limpiado el aire de la ciudad. Los Ayuntamientos, además, están ávidos de ingresos y celebran esta medida para engordar las cuentas municipales.