Aunque la comida de McDonald’s no destaque precisamente por ser saludable, no hay que negar que hay multitud de adictos a sus sabrosos productos. Una de las recetas más queridas de esta cadena americana son sus alitas de pollo que podrás pedir como complemento a tus menús. Pocos se pueden resistir a esas deliciosas alitas de pollo crujientes con ese sabor barbacoa tan inconfundible.
Si las restricciones te impiden acudir a tu McDonald’s favorito, o si no tienes uno cercano en tu pueblo o ciudad, deberías conocer todos los secretos de la receta para que puedas prepararlas en casa cuando te apetezca.
3Origen de la receta de alitas de pollo fritas
Las recetas de pollo frito, como las de McDonald’s, se han hecho muy populares en todo el mundo. Suelen ser piezas de carne de distintas partes de pollo que se enharinan o se rebozan para luego freírlas. Esto les añade una crujiente corteza externa que las hace tan deliciosas, además del sabor que se le puede aportar con las especias y aliños que se agregan a la carne.
Suelen acompañarse con diferentes salsas, como kétchup, salsa picante, salsa tártara, etc., aunque también se pueden comer solas.
Pero, todo esto que ahora vemos como algo muy normal, tuvo un origen. Las primeras frituras tuvieron sus orígenes en la antigua Roma, en Egipto o en China. Estaban muy presentes en Europa durante la Edad Media, y muchos inmigrantes las llevaron al sur de Estados Unidos. Fueron los escoceses los que llevaron su costumbre de freír el pollo en grasa (especialmente grasa de cerdo) hasta el otro lado del océano.
Con la llegada del hierro fundido en el siglo XIX, las sartenes permitieron usar esa manteca para freír el pollo pasado por harina en las primeras sartenes. Así nacería el pollo frito moderno, y rápidamente se transformaría en una comida básica en el sur de EE.UU.
Con la esclavitud, los africanos comenzaron a introducir algunas especias en el pollo frito escoces tradicional, mejorando el sabor. Además, el pollo frito era una de las comidas más asequibles para ellos, ya que no podían permitirse comprar carnes caras, pero sí que criaban pollos para estos preparados.
Más tarde, la receta se iría expandiendo por todo el mundo, en parte, impulsada por algunos restaurantes americanos de comida rápida muy famosos…