Con la llegada del calor nos encanta a todos estrenar ropa y calzado nuevo. Pero nada puede arruinarnos más un día de sol, que salir de casa con unas flamantes y preciosas sandalias nuevas recién estrenadas y que al cabo de un rato comiencen a transformarse en una tortura por culpa de las rozaduras.
Y es que un dolor de pies por la rodadura del calzado no es cosa que se le pueda restar importancia, ya que ese roce se incrementa a cada paso y termina provocando heridas o ampollas realmente molestas, y que además tardarán días en curarse. ¿Cómo evitar llegar a este punto?
7ALTERNAR CALZADO
Por mucho que te gusten unos zapatos, pasar muchas horas con el mismo calzado no es para nada recomendable. Los expertos recomiendan alternar diferentes tipos de zapato, especialmente si ese modelo que tanto te gusta, te ocasiona rozaduras.
Con el transcurso de los días, la horma se irá amoldando a tu pie, pero lo mejor es se vaya adaptando poco a poco para no maltratar en exceso los pies.