Con la llegada del calor nos encanta a todos estrenar ropa y calzado nuevo. Pero nada puede arruinarnos más un día de sol, que salir de casa con unas flamantes y preciosas sandalias nuevas recién estrenadas y que al cabo de un rato comiencen a transformarse en una tortura por culpa de las rozaduras.
Y es que un dolor de pies por la rodadura del calzado no es cosa que se le pueda restar importancia, ya que ese roce se incrementa a cada paso y termina provocando heridas o ampollas realmente molestas, y que además tardarán días en curarse. ¿Cómo evitar llegar a este punto?
4POLVOS DE TALCO
A veces las ampollas en los pies se producen por la humedad del sudor más que por las sandalias en sí. Por lo tanto, es importante mantener los pies bien secos si queremos evitar heridas. El talco es un gran aliado por su capacidad absorbente.
Simplemente, hay que aplicar los polvos en el empeine, en la planta del pie y entre los dedos, repitiendo el proceso siempre que sea necesario.