El aceite de oliva tiene un gran protagonismo en la dieta mediterránea, una de las mejor valoradas por los organismos mundiales de dietética y nutrición. No solo es una delicia al paladar, también es una fuente inagotable de salud gracias a su elevado contenido en ácido oleico y ácido linoleico, que son ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, respectivamente.
4LA CLAVE ESTÁ EN EL TIROSOL
Aquí entra en juego el aceite oliva virgen extra, que gracias a sus compuestos fenólicos, como el mencionado tirosol, es capaz de contrarrestar estos efectos. Pero este producto mediterráneo aún puede regular otras enfermedades, ya que tiene reconocidas propiedades anticancerígenas, bactericidas, antiinflamatorias y cardioprotectoras.
Y es que parece ser que el tirosol es capaz de aumentar la longevidad, a menos en ciertos modelos animales.