Aunque está el acertado dicho de que “hasta el 40 de mayo no te quites el sayo”, lo cierto es que ya quedan pocos días sueltos, si quedan, de mal tiempo. Ya parece que la primavera meteorológica se ha asentado y el verano se huele. Sacamos nuestra ropa de buen tiempo, los pantalones cortos, chanclas, sandalias, vestidos ligeros, blusas, camisetas… Pero toca la labor que da tanta pereza del cambio de armario, guardar la ropa de invierno y poner a mano la de verano. Al ser ropa más voluminosa es una tarea que requiere su técnica y tiempo, sobre todo para que esté meses en el fondo del armario sin que se estropee y ocupando el menor espacio posible. Veamos cómo hacerlo.
4LOS ABRIGOS
Deben de guardarse apartados en otro armario, con espacio suficiente para percharlos. Igualmente, que estén protegidos por plásticos o tela. Si no tienes ese espacio, opta por guardarlos en un arcón o baúl, si bien no es lo más recomendable. También está la opción ideal de que tengas o compres una cama con canapé abatible, cada vez más demandado por el gran espacio que proporciona, sobre todo para guardar estos abrigos, edredones, colchas, esterillas… liberando mucho espacio en armarios, cómodas, cajones, etc.