Aunque está el acertado dicho de que “hasta el 40 de mayo no te quites el sayo”, lo cierto es que ya quedan pocos días sueltos, si quedan, de mal tiempo. Ya parece que la primavera meteorológica se ha asentado y el verano se huele. Sacamos nuestra ropa de buen tiempo, los pantalones cortos, chanclas, sandalias, vestidos ligeros, blusas, camisetas… Pero toca la labor que da tanta pereza del cambio de armario, guardar la ropa de invierno y poner a mano la de verano. Al ser ropa más voluminosa es una tarea que requiere su técnica y tiempo, sobre todo para que esté meses en el fondo del armario sin que se estropee y ocupando el menor espacio posible. Veamos cómo hacerlo.
3PASOS PARA GUARDAR TU ROPA DE INVIERNO
Pero como lo normal es que lo hagas tú, vamos a indicar todo lo que tienes que tener en cuenta. Lo primero es guardar lo que más espacio ocupa: nórdicos, sábanas y abrigos. Lo habitual es que no quepa en el mismo armario de la ropa, sea de invierno o verano.
Antes de decidir dónde meterlo, lávalos y protégelos con un plástico, y si es posible, usando esas bolsas al vacío con el aparato que extrae el aire. Así podrás multiplicar mucho tu espacio. Con el plástico, además, evitas crear mal olor y polillas.