Aunque está el acertado dicho de que “hasta el 40 de mayo no te quites el sayo”, lo cierto es que ya quedan pocos días sueltos, si quedan, de mal tiempo. Ya parece que la primavera meteorológica se ha asentado y el verano se huele. Sacamos nuestra ropa de buen tiempo, los pantalones cortos, chanclas, sandalias, vestidos ligeros, blusas, camisetas… Pero toca la labor que da tanta pereza del cambio de armario, guardar la ropa de invierno y poner a mano la de verano. Al ser ropa más voluminosa es una tarea que requiere su técnica y tiempo, sobre todo para que esté meses en el fondo del armario sin que se estropee y ocupando el menor espacio posible. Veamos cómo hacerlo.
1¿CÓMO CAMBIAR EL ARMARIO DE TEMPORADA DE LA FORMA MÁS EFICIENTE?
Lo primero que hay que hacer es organizarse y reservar un día con el tiempo necesario para desocupar todo el espacio de la ropa que ya no se usará. Posteriormente, hay que limpiarlo, utilizando paños húmedos con jabón, aspiradoras, etc. Es recomendable que la ropa que no se usará se guarde al vacío en bolsas, junto con antipolillas para protegerla. Después hay que clasificar la ropa por categorías, por tipo de prenda, y asignar un lugar para cada cosa una vez que se coloque la nueva ropa dentro del armario. Estos consejos prácticos pueden hacer todo mucho más sencillo y ameno.