Poco a poco los mantras ideológicos del Gobierno de Pedro Sánchez se van cayendo por su propio peso. Dar la espalda al gasoducto Midcat fue uno de los errores más graves del actual Ejecutivo en materia energética. Error compartido con el Gobierno francés de Macron. Ahora, con Europa con el agua al cuello y en la encrucijada del gas y el petróleo rusos, el Midcat acabará construyéndose porque le interesa a España, porque le interesa a Alemania, porque le interesa a EEUU, porque (aunque menos) también le interesa a Francia, en definitiva, porque le interesa prácticamente al mundo entero, menos, evidentemente, a Rusia.
Arturo Gonzalo Aizpiri, consejero delegado de Enagás, ha reconocido durante la conferencia de analistas en que ha presentado los resultados de la compañía en el primer trimestre de 2022, que las negociaciones ya están en marcha.
Enagás ya ha entablado conversaciones con el operador gasista de Francia para activar el proyecto Midcat, ya que «Francia ha cambiado de opinión y el contexto ha cambiado», aseguraba el CEO. «Hace pocos años se cuestionó el interés comercial de esta interconexión. Pero esta interconexión estaba pensada para un objetivo diferente, queríamos enviar gas de norte a sur y ahora estamos hablando de enviarlo de sur a norte». En este momento el protagonismo es de España y Portugal, pero especialmente de España, ya que «tenemos un exceso de regasificación, gracias a nuestras seis plantas regasificadoras».
FRANCIA UN ACTOR NECESARIO PERO SECUNDARIO
En este importantísimo proyecto, que quedó abandonado en 2019, Francia es un actor necesario, ya que el gasoducto Midcat atraviesa su territorio, pero secundario, puesto que no necesita del gas tanto como España o el resto de países europeos. Y no necesita tanto del gas, gracias a su potente programa de energía nuclear, sin duda, el más avanzado de toda Europa.
Por eso, hace tres años, Francia desechó el proyecto, mientras que España, que si necesitaba, necesita, y seguirá necesitando de bastante gas, hizo lo propio, pero por causas exclusivamente ideológicas.
Por eso, la Comisión Europea lo sacó de su lista de Proyectos de Interés Común el 31 de octubre de 2019, después de que hubiera estado incluido en las tres listas anteriores de 2013, 2015 y 2017.
RIBERA Y SÁNCHEZ RECULAN PERO NO LO RECONOCEN
Teresa Ribera y Pedro Sánchez han tenido recular y tragarse sus palabras. Hasta hace bien poco decían que no gastarían un solo euro en el gas y, por mucho que nos lo van a intentar teñir de verde, el gasoducto Midcat se acabará construyendo, con parte de capital español, parte francés y una buena parte de dinero comunitario.
Dirán que se hace para trasportar hidrógeno verde (cosa que acabará pasando dentro de varios años) pero, cuando esté terminado, por ese tubo pasará gas natural. Y llegará desde muchas partes del mundo, la mayoría en barcos metaneros, y tras transformarlo en las regasificadoras españolas, servirá para suministrar a muchos países europeos, que ya no dependerán del gas ruso.
España tiene la mayor red de regasificadoras de la Unión Europea. Si Europa quiere dejar de comprar gas a Rusia, la mejor solución para conseguirlo es aprovechar esa red española para abastecer de gas al viejo continente. Y eso pasa indefectiblemente por construir el Midcat.
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Por supuesto, que con el paso de los años, y cuando la necesidad de gas en Europa desaparezca, «esta infraestructura debe poder transportar hidrógeno a la Europa descarbonizada», recalcaba el consejero delegado de la compañía gasística. El directivo también quería dejar claro que el gasto deberá ser compartido ya que, «no tendría sentido que estas infraestructuras las paguen los consumidores españoles, habrá que financiarlas bien, pensando quiénes se van a beneficiar. Y creo que los mayores beneficiados van a ser principalmente los sistemas de gas de Europa central».
Para Aizpiri, «las instituciones europeas tendrán que verificar cómo se estructurará esa financiación, pero creo que el Gobierno español y el francés también han hablado de eso», afirmaba. Y ahora «necesitamos que la Comisión Europea establezca las reglas del juego para los reguladores», añadía.
GARANTIZAR LA SEGURIDAD DE SUMINISTRO A EUROPA
Según el directivo de Enagás, «estamos trabajando estrechamente con los reguladores del sur de Francia para esta tercera interconexión entre España y Francia, y estamos trabajando estrechamente con el regulador portugués, en este tercer proyecto de interconexión con Portugal».
«Hemos visto en las últimas semanas un aumento del flujo de gas del sur al norte de Europa. Y ambas interconexiones han estado funcionando a plena capacidad. Eso es lo que ha cambiado y espero que podamos usar esta nueva perspectiva para contribuir al objetivo de tener seguridad en todo el suministro en Europa», concluye Aizpiri.