La OPA fantasma que iba a lanzar ACS para hacerse con el control de la italiana Atlantia se va a quedar en un cajón, si en algún momento fue real. La evolución del culebrón de Florentino Pérez con sus socios transalpinos ha provocado que buena parte del mercado dude que el grupo español quisiera realmente lanzar una oferta hostil y, una vez que comienza a disiparse la cortina de humo, podemos atisbar el verdadero objetivo: forzar un divorcio para repartir los activos de Abertis.
EL GATILLAZO DE ACS
Fue la prestigiosa agencia Bloomberg quien levantó la liebre el pasado seis de abril asegurando que ACS preparaba una OPA para hacerse con el 100% de Atlantia, motivando el envío de un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en el que la empresa española confirmaba la existencia de un acuerdo con los fondos GIP y Brookfield para explorar la operación.
La compañía que preside Florentino Pérez eludía dar cifras concretas pero admitía que su objetivo era el negocio de concesiones de autopistas en poder de Atlantia, entre los que destaca el papel de Abertis, la compañía española que a su vez pasó a manos del matrimonio ACS-Atlantia en 2018. Entonces la OPA conjunta se lanzó tras acordar una alianza de diez años, aunque a partir del quinto ejercicio (2023) se abría la posibilidad de vender acciones respetando los derechos de compraventa de ambos socios.
Es en este contexto en el que se produce la publicación del supuesto interés de ACS para lanzar una oferta para adquirir Atlantia sin haber avisado antes a la familia Benetton, que es quien posee un tercio del capital del grupo italiano. Fue una sorpresa porque suponía forzar un divorcio exprés que muchos no entendieron porque este tipo de operaciones no se pueden hacer sin un acuerdo con el principal accionista, sobre todo si hablamos de un sector estratégico que necesita la aprobación de reguladores extranjeros.
ITALIA PARA LOS PIES A FLORENTINO
Además, no hablamos de un país cualquiera, sino de Italia, que está gobernado por Mario Draghi, un político, economista y financiero con mucho poder en el seno de la Unión Europea y que conoce bien los resortes de los mercados tras haber dirigido el BCE y haber sido el responsable de Goldman Sachs en el Viejo Continente. Un viejo lobo que ya ha comenzado a mover sus piezas para blindar a Atlantia y alejar la posibilidad de que ACS pueda tener éxito en el caso de que decidiera lanzar la OPA.
Y por si todo esto no fuera suficiente para dar al traste con el presunto interés del grupo español, pocos días después de que se filtraran las intenciones de Florentino Pérez, fue la familia Benetton la que se adelantó presentando una oferta real, con toda la documentación correspondiente, para controlar el 100% de Atlantia junto con el fondo de inversión Blackstone.
El precio de la OPA es de 23 euros por título, lo cual eleva la operación a 12.700 millones de euros, valorando la compañía en más de 20.000 millones y con una prima del 36% sobre el precio medio de las acciones de Atlantia del último semestre.
EN EL MERCADO MUCHOS PIENSAN QUE EL OBJETIVO DE ACS NO ERA LANZAR UNA OPA HOSTIL, SINO PROVOCAR LA RUPTURA CON LA FAMILIA BENETTON
Con todos estos mimbres parece poco probable que Florentino Pérez pueda hacer un cesto, pero muchos comienzan a pensar que en realidad su objetivo nunca fue el de lanzar esa oferta hostil, sino provocar una ruptura con Atlantia para forzar el despiece de Abertis, adquirir esos activos (al menos una parte) y avanzar en su transformación corporativa.
El grupo quiere ir dejando progresivamente su actividad constructora para ser un grupo de concesiones, una estrategia que debe quedar encarrilada antes de que el presidente deje el cargo.
LA CLAVE SUCESORIA
La sucesión de ACS hace tiempo que es una fuente de incertidumbre entre los accionistas de la compañía, sobre todo tras el fiasco de Marcelino Fernández Verdes, que abandonó su puesto de consejero delegado el pasado año. El directivo asturiano había sido traído de Australia en 2017 para preparar la sucesión y, precisamente, fue quien pilotó la compra de Abertis de forma conjunta con Atlantia (a cargo de Hotchief, la filial alemana de ACS que lanzó la OPA).
Sin embargo, meses después, la relación entre Pérez y Fernández Verdes fue deteriorándose, sobre todo por la fallida apuesta por Oriente Medio que impactó en los resultados de 2020, un ejercicio en el que no se cumplieron las previsiones de beneficio del grupo.
El presidente no ocultaba en sus círculos más íntimos su decepción por la gestión del que años antes había designado como su «número dos» y en el ámbito financiero (sobre todo en el Palco del Santiago Bernabéu) todos sabían que Fernández Verdes estaba sentenciado.
EL NUEVO ASPIRANTE A CEO
Ahora el aspirante a nuevo CEO es Juan Santamaría, que el próximo 6 de mayo se convertirá en consejero ejecutivo de ACS según ha informado la empresa en el orden del día de la Junta de Accionistas.
Aunque esto no implica que sea el sucesor de Florentino, que deshoja la margarita y se plantea incluso dejar el timón a uno de sus tres hijos. Y es en este contexto en el que aumenta la necesidad de potenciar el negocio de concesiones, que es más fácil de gestionar y provoca menos quebraderos de cabeza que el de la construcción.
fuentes financieras indican que una contraopa no está sobre la mesa: el objetivo es comprar activos en el reparto de bienes tras el divorcio
La gran cuestión ahora es si habrá contraoferta por parte de ACS para luchar con la familia Benetton, pero fuentes financieras indican a MERCA2 que esta opción no está sobre la mesa: “En estos momentos la idea es conseguir que el divorcio concluya con un reparto de activos en el cual Florentino logre quedarse con una parte de Abertis, aunque las negociaciones van a ser complicadas, no sólo por la forma en que ACS ha forzado la ruptura con sus antiguos socios, sino porque Atlantia quiere quedarse con la concesionaria española de autopistas. Es un caramelo que ambos grupos empresariales quieren”.
SANTANDER ENTRA EN ESCENA
De hecho, ya hay un gran banco que se ha ofrecido para ayudar a ACS ha financiar la compra de estos activos una vez descartada la contraopa. Según ha desvelado OKDiario, la presidenta del Santander, Ana Patricia Botín, ha tendido la mano a Pérez para ayudarle.
No en vano la entidad que preside Ana Patricia Botín lleva años siendo una de las compañeras bancarias de las aventuras corporativas de ACS y ha participado en todas sus grandes operaciones. «La cuestión es si a Pérez le saldrán los números», concluye su artículo Eduardo Segovia, el periodista que publica la información exclusiva.
El despiece de Abertis es algo que está en la mente de ACS desde que se produjo la OPA conjunta con Atlantia, pero que en los últimos meses había vuelto a convertirse en una cuestión prioritaria. El departamento financiero del grupo español lleva tiempo haciendo números y planteando la mejor forma de deshacer la alianza con los Benetton, que a su vez también están inmersos en un proceso de reestructuración corporativa.
EL PROBLEMA DE LA DEUDA DE ABERTIS
El gran problema de Abertis es su deuda neta (23.350 millones de euros al cierre de 2021), ya que la adquisición de 2018 se hizo en buena medida usando el propio músculo financiero de la concesionaria. Y si ACS hubiera conseguido la totalidad de la empresa se habría visto obligada a vender activos para reducir el pasivo.
Por lo tanto, al no aspirar ahora a ser el dueño de Atlantia descartando la contraopa, el grupo español evita tener que consolidar la deuda de Abertis al mismo tiempo que aspira a hacerse con sus autopistas. ¿Era el objetivo de Florentino Pérez desde el principio? Muchos creen que sí.