Recoger las heces del perro es una obligación de cada dueño, pero lamentablemente no todo el mundo cumple con ella. Además, en España no existe una norma con rango que ley que regule su prohibición y sanción en el ámbito nacional. Los excrementos se consideran residuo urbano y la gestión la lleva a cabo cada ayuntamiento, que impone su propia normativa para obligar a los dueños de los canes a cumplir con el deber de mantener limpias las calles.
1LAS SANCIONES DEPENDEN DEL MUNICIPIO
Dependiendo de cada municipio, las multas pueden ascender hasta 3.000, siendo las sanciones más altas en los casos en que se detecte una reiteración del incumplimiento. Esta es la teoría, porque en la práctica, la realidad es que no todas las ciudades ponen los medios necesarios para perseguir este comportamiento incívico. Según el estudio de Gestión de Residuos y Limpieza realizado por la OCU en 2011, todas las ciudades españolas suspendieron en el cumplimiento de esta norma, exceptuando Pamplona y Oviedo. Más de una década después la situación ha cambiado un poco, pero sigue sancionándose menos de lo que se debería.