Peter Drucker solía decir que la mejor manera de predecir el futuro es creándolo. Abraham Lincoln iba un poco más allá al explicar que no puedes escapar de la responsabilidad del mañana evadiéndola hoy. La suma de ambas forma una de las verdades más insoldables del mundo empresarial: si no trabajas en crear el futuro, este te terminará pasando por encima. Samsung es un ejemplo de lo primero, de hecho, muy poca gente sabe que se fundó en 1938 como una tienda provincial de verduras y pescado seco. Kodak es el paradigma de lo segundo. El siguiente puede ser Prosegur Cash.
MÚLTIPLES PROBLEMAS
La firma en propiedad de la familia Gut Revoredo está aquejada de múltiples problemas. Pero principalmente se enfrenta a dos de difícil solución, que están íntimamente relacionados con las palabras de Drucker y Lincoln. Por un lado, el futuro ya le está pasando por encima a medida que el uso del efectivo, su principal negocio, desaparece lentamente. La Encuesta Nacional sobre el uso de efectivo del Banco de España constató que el número de pagos en metálico cayó del 80% al 36%, entre 2014 y 2020. Aunque no solo en España, de hecho, Prosegur Cash ha perdido un 20% de sus ingresos y su Ebitda ha caído un 50%.
el uso del efectivo, el principal negocio de prosegur cash desaparece lentamente
En ese periodo de tiempo, curiosamente, la compañía ha parecido reacia a cambiar nada o casi nada de su funcionamiento. El grupo se ha aventurado tímidamente en algunas nuevas áreas de negocio ligadas a su lado más tradicional. En concreto, sobresalen tres productos que, en realidad, tienen poco o muy poco de nuevo: un servicio, otro más, de efectivo llamado Cash Today; la apuesta por más cajeros automáticos (de nuevo más efectivo) y la corresponsalía bancaria, denominada Corban. Incluso, se está montando un pequeño área de ciberseguridad, pero todavía sin demasiado recorrido.
ALGUIEN NO HA ENTENDIDO QUE EL EFECTIVO ESTÁ DESAPARECIENDO
Y se podría decir a grandes rasgos que hasta ahí la innovación de Prosegur Cash para enfrentarse a un futuro que ellos mismos dicen que “ya está aquí”. Aunque todavía es más desolador cuando se disecciona cada una de esas áreas. Empecemos por la primera: Cash Today. La firma asegura que se trata de su apuesta por “digitalizar el efectivo”. Pero en realidad no es más que una caja fuerte que funciona con efectivo, con la única salvedad de que se transforma automáticamente en dinero digital. Así a medida que se utilice menos el pago con billetes y monedas su negocio será menor, por lo que no se trata de una alternativa real de cara al futuro.
En segundo lugar aparece su apuesta por los cajeros automáticos en el mercado iberoamericano. El grupo creó una alianza con Euronet con el objetivo de “gestionar e impulsar en común redes de gestión de cajeros automáticos independientes, así como prestar servicios a cajeros externalizados”. Para la compañía se trata de una actividad “muy rentable”, pero genera demasiadas dudas. La red externalizada de cajeros en la región no es muy amplia, además, el uso del efectivo está ligado a la economía en negro, lo que reduce su utilidad. Por último, los ciudadanos están dispuestos a mantener el dinero digital incluso más fielmente que en Europa, principalmente por seguridad.
el problema de fondo es el mismo: un negocio que tiene fecha de caducidad
Así, de nuevo, el problema de fondo es el mismo: un negocio que tiene fecha de caducidad como el resto de la compañía. Por último, el tercer pilar del grupo es lo que llama corresponsalía bancaria. La idea del grupo es ofrecer a los bancos “una red alternativa de distribución de sus productos, donde ya contamos con más de 6.000 puntos”. Un nuevo producto que tiene las mismas ventajas e inconvenientes anteriormente citados. La idea no es mala, de hecho, cuenta con clientes importantes como Banco Santander, pero no sirve para diversificar realmente el negocio, que es lo vital para el futuro de la compañía.
UN NEGOCIO NUEVO QUE NO CRECE
Lo anterior, lleva a un desenlace inequívoco: los ingresos siguen sufriendo a medida que el efectivo desaparece. Eso se puede comprobar rápidamente con lo que ocurre en Europa. Así, el año pasado el volumen de facturación se hundió hasta un 32,1%, al pasar de 99,1 millones de euros a 67,3 millones. Pero incluso cuando se trata a nivel general, incluidos otros territorios, la tasa de crecimiento se aleja de lo que se espera de un “negocio nuevo” o en pleno despegue. Así, en términos generales el crecimiento en 2020 fue del 42%, pero en 2021 se ha reducido al 15%, una tasa que obviamente está muy por debajo de los esperado.
A pesar de ello la directiva no escatima en recursos literarios y lingüísticos para vender su transformación. De hecho, el año pasado lanzó el concepto ‘Transform’ que implica “construir el futuro dotando a nuestra empresa de una sólida estructura tecnológica y de innovación (…) que se sustenta en cuatro pilares íntimamente conectados: La transformación de nuestras prácticas y nuestro modelo de negocio debe tener un sólido fundamento tecnológico. A partir de la tecnología, creamos y apuntalamos un nuevo modelo operativo. De él se deriva un modelo de innovación. Por último, estas transformaciones deben traducirse en una profunda cultura corporativa de innovación y excelencia tecnológica que impregne”.
EL VERDADERO FUTURO SERÁ SEGUIR EXPRIMIENDO A PROSEGUR CASH HASTA SU FINAL
Unas palabras que quedan muy bien, pero parecen carecer de fundamento, principalmente por la falta de recursos. En concreto, el Capex que desembolsa la compañía, que no es más que el gasto que realiza la empresa en bienes de equipo y que genera beneficios para una compañía, se ha reducido en más de un 30% desde el 2019, al pasar de 104 millones a 67 millones (por debajo incluso de los 69 millones de 2020). Pese a ello, quizás hay algo todavía peor y es que el gasto en I+D para su área de innovación apenas alcanza los 26,6 millones. Aunque el problema no son el tamaño de las cifras ni siquiera que estén en contracción, sino lo pequeñas que son comparación con el resto del balance.
La compañía ha pagado casi 300 millones en DIVIDENDOS los últimos cuatro años
Y también con los dividendos que entrega a la matriz de Prosegur. En concreto, la compañía ha pagado la friolera de casi 300 millones en los últimos cuatro años bajo dicho concepto. Eso supone varias veces las inversiones anteriores en Capex o I+D y es, por ejemplo, la inversión de Telefónica en ciberseguridad que le estñá convirtiendo en una referencia en España. La cifra también pone de manifiesto que la empresa se ve más como una vaca a la que ordeñar que otra cosa. De hecho, desde que Prosegur Cash empezó a cotizar el Bolsa la compañía se ha convertido en la principal generadora de flujos para el resto de sociedades del grupo.
DECLIVE IMPARABLE
En definitiva, el imparable declive de Prosegur parece muy difícil de detener. Primero, porque su negocio más importante está desapareciendo. Segundo, porque no encuentra (o no quiere invertir lo suficiente para ello) en nuevas áreas de negocio que sustituyan la caída de los ingresos, tanto actual como futura. Tercero, porque la familia Gut Revoredo y el resto de consejeros parece solo importarle exprimir la compañía mientras dure, aunque eso suponga aumentar dramáticamente su deuda, ya sea a través de generosos pagos de dividendos o con subidas salariales incomprensibles.