Mango se abona no sólo a la sostenibilidad medioambiental en la fabricación de sus productos, sino también en su deuda. La firma textil, dirigida por Toni Ruiz, ha firmado su primer crédito bajo criterios ESG -medio ambiente, social y buen gobierno corporativo-.
La textil catalana ha extendido el vencimiento de su deuda a 2028 con un pool bancario liderado por CaixaBank, que ha actuado como agente coordinador, banco agente y agente de sostenibilidad. Asimismo, la entidad financiera, junto a BBVA y Banco Sabadell, han sido los ‘bookrunners’. En esta operación también han participado Banco Santander, Unicaja Banco, Erste Bank, Deutsche Bank e Ibercaja.
De esta forma, la reestructuración de deuda evita el corto plazo. Y es que, Mango debía abonar su principal préstamo entre este 2022 y el próximo ejercicio. Además, ha mejorado el coste de su deuda y duplica la disponibilidad de líneas revolving de circulante. Todo ello bajo criterios de sostenibilidad, en los que Mango trabaja desde hace años para tratar de reducir a la mínima expresión su huella de carbono.
EL INTERÉS DE LA DEUDA SE REDUCE EN FUNCIÓN DE OBJETIVOS
Y es que, el coste del crédito se reducirá bajo una serie de condiciones y objetivos asumibles por al textil. Entre otros, debe utilizar en todas sus prendas algodón sostenible, poliéster reciclado y fibras celulósicas de origen controlado en 2025. También debe reducir sus emisiones de CO2 de quema de combustible y por la electricidad consumida en un 10%.
Se trata de una transacción histórica para la compañía
El importe total del préstamo sindicado alcanza los 200 millones de euros. De esta forma, Mango pagará 30 millones anuales hasta 2027, mientras que los otros 50 corresponden a una línea de financiación que podrá ser utilizada hasta 2024 para inversiones en cápex de la compañía. En caso de disponer de ella, se amortizará en un único pago en 2028.
A esta línea de financiación, la compañía ha convenido con los bancos la posibilidad de duplicar la disponibilidad de líneas de financiación mediante dos pólizas de crédito por un importe total de 200 millones. La empresa textil sólo tendría que devolver la parte que consuma, si es que finalmente las utiliza. «Se trata de una transacción histórica para la compañía», según ha indicado Margarita Salvans, directora financiera de Mango. No obstante, fuentes de la compañía evitan desvelar los tipos de interés al que se ha ofrecido esta nueva financiación.
LA PROFESIONALIZACIÓN DE MANGO, EL SECRETO PARA VOLVER AL BENEFICIO
El montante de este crédito es menos de la mitad del que necesitó Mango en 2018. Por aquel entonces, la situación financiera de Mango era muy distinta, aunque recortó la deuda de forma significativa. Unicaja no se encontraba entonces en este pool bancario, pero sí el resto de entidades financieras que han acudido a este crédito.
La deuda de Mango hace cuatro años alcanzaba los 415 millones, un 33% inferior a los 617 millones de 2017. Sin embargo, los resultados del grupo no levantaban cabeza. Las pérdidas eran de 33 millones, si bien, un 45% menos respecto a los números rojos del año anterior. Este crédito tenía como objetivo la expansión del grupo, una reordenación de las tiendas y la digitalización. Por aquel entonces, Mango apostaba por las tiendas grandes, mientras cerraba las pequeñas.
Esta línea de negocio se ha mantenido en el tiempo. En los últimos años, Mango ha abierto sus tiendas insignia en Berlín y Estados Unidos, así como la modernización de su emblemático establecimiento en Paseo de Gracia (Barcelona), cuya inversión fue de 1,8 millones de euros.
Además, en Estados Unidos ha emprendido una ofensiva importante para tratar de ganar cuota de mercado. La textil está presente en este país desde 2006 y su estrategia ha pasado por abrir cientos de tiendas a cerrarlas después, especialmente en 2014 y 2015. Ahora, en 2022 se ha propuesto dejar su huella ocupando la plaza de Ralph Lauren en el 711 de la Quinta Avenida de Nueva York, con 2.100 metros cuadrados. Asimismo, en la capital mundial del retail también tiene tiendas en el Soho y en American Dream. En los últimos meses, la ofensiva de Mango en Estados Unidos está siendo vertiginosa, con nueve grandes tiendas, mientras ha cerrado las pequeñas años atrás.
MANGO E INDITEX, LÍNEAS COMUNES Y OPUESTAS
Y es que, la catalana, propiedad de Isak Andic, tiene claro ahora el negocio tras apartar a la familia de la gestión. En 2021 obtuvo un beneficio de 67 millones, más del triple respecto al 2019. De hecho, esta estrategia de profesionalización de la compañía es la siguió Amancio Ortega en Inditex, cuando situó a Pablo Isla al frente de la misma. Sin embargo, la textil gallega ha vuelto a la línea sucesoria, mientras que Andic prefiere mantener a personas ajenas a su árbol genealógico al frente.
Todo ello se ha conseguido tras un excelente 2021. La compañía ha reducido la deuda neta prácticamente a cero, mientras disfruta de una fuerte posición de liquidez. Todo ello tras una reestructuración empresarial emprendida por el propio Ruiz, que ha dejado su impronta desde 2019 con resultados óptimos. Ese mismo año y con medidas drásticas, redujo la deuda en un 41%, mientras que en 2020 la bajó en otro 14% para borrarla por completo el pasado ejercicio.
TRIPLICAR EL BENEFICIO Y DEJAR LA DEUDA A CERO
Al mismo tiempo que la deuda de la compañía ha descendido, el resultado neto ha aumentado, volviendo a los números verdes en un contexto internacional muy complejo por los cuellos de botella y los confinamientos durante los últimos dos años. Con todo, Mango obtuvo su mayor beneficio desde el 2014, cuando ganó 77,9 millones de euros.
La facturación, además, ha rozado máximos históricos, con un total de 2.234,3 millones de euros, tan sólo 40 menos que en 2019. Con Ruiz al frente, Mango ha logrado zafarse de cinco años de pérdidas consecutivas. Por otro lado, el grupo devolvió la totalidad de la línea de crédito solicitada al Instituto de Crédito Oficial (ICO) al inicio de la pandemia, un total de 240 millones de euros.