El queso frito es una de esas recetas sencillas que puede sacarte de más de un apuro si descubres que no tienes mucho en la nevera o se presentan unos invitados sin avisar y quieres quedar bien.
Lo mismo te sirve como aperitivo para acompañar unas cervezas o una copa de vino que como entrante, o incluso a modo de cena para los peques de la casa. Lo que es seguro es que a todo el mundo le va a encantar.
6De la nevera al congelador
Como acabamos de señalar, los quesitos son un producto frágil porque son muy cremosos, y se vuelven todavía más con el calor. Por eso, vamos a darte un truco extra para elaborar esta receta de queso frito.
Antes de ponerte manos a la obra, saca de la nevera los quesitos que vayas a usar y mételos en el congelador durante cinco minutos. Ganarán un poco de consistencia y será más fácil trabajar con ellos.