Casi todos nos hemos tragado un chicle en algún momento de nuestra vida, sobre todo de niños, y sin querer. Y a todos nos han advertido de lo peligroso que esto puede ser porque, o bien permanece hasta 7 años dentro del estómago o bien puede hacer que alguna zona del intestino se quede adherida a pegajosidad de la goma de mascar. ¿Qué hay de cierto en esto? ¿Hay que entrar un pánico si nos tragamos un chicle o si lo hace un niño?
2EL PRIMER CHICLE CON SABOR
Pero, ¿por qué tomamos chicle? Son varias las motivaciones que llevan a las personas a tener este hábito. Algunos lo hacen por moda, otros para evitar la sensación de boca seca y la halitosis. También puede tener un efecto relajante. Este es el motivo por el que a los soldados estadounidenses se les suministraba chicles en la Primera Guerra Mundial, además de para engañar el hambre y la sed. Las primeras gomas de mascar con sabor, tal y como las conocemos hoy, se crearon la década de 1860. Un farmacéutico de Kentucky llamado John Colgan elaboró unos palitos de chicle con sabor dulce que fueron un éxito.