Casi todos nos hemos tragado un chicle en algún momento de nuestra vida, sobre todo de niños, y sin querer. Y a todos nos han advertido de lo peligroso que esto puede ser porque, o bien permanece hasta 7 años dentro del estómago o bien puede hacer que alguna zona del intestino se quede adherida a pegajosidad de la goma de mascar. ¿Qué hay de cierto en esto? ¿Hay que entrar un pánico si nos tragamos un chicle o si lo hace un niño?
1EL CHICLE ES UN INVENTO MUY ANTIGUO
El chicle, o goma de mascar, no es para nada un invento nuevo. La humanidad lleva mascando chicle ni más ni menos que desde la antigua Grecia. Por aquel entonces, era un producto más natural que ahora, ya que lo que tomaban era la resina de ciertos árboles, puesto que se creía que estimulaba la capacidad de razonar. Pero esta costumbre de masticar por masticar, es incluso anterior, ya que se han halado restos de especies de algas en un yacimiento chileno de más de 14.000 años, que indicaría un uso similar.