El buen tiempo se está haciendo esperar, pero está ya a la vuelta de la esquina, lo que significa que muchas personas tienen ya la mente puesta en la famosa ‘operación biquini’. Después de un invierno sedentario por el frío, con el cuerpo enterrado bajo capas de ropa, y sumando tardes de sofá, manta y excesos, ahora llega la preocupación por el estado físico. Aunque los buenos hábitos deberían mantenerse todo el año, nunca es tarde para reforzar las rutinas de ejercicio. Una de las formas más sencillas de mantener el cuerpo activo es, simplemente, andar, al fin y al cabo, es algo que ya hacemos a diario, así que, ¿por qué no hacerlo a conciencia para obtener mejores resultados?
5EL CUERPO SIGUE QUEMANDO CALORÍAS
Este proceso se puede repetir durante toda la caminata. Las personas más sedentarias pueden empezar con intervalos más breves, y una vez que los vayan aguantando con menos esfuerzo, incrementar la intensidad o el tiempo de estos aumentos del ritmo. Al sacar a nuestro cuerpo de su zona de confort, el gasto calórico se incrementa rápidamente. Además, existe un efecto llamado «consumo excesivo de oxígeno» que hace que el cuerpo sigue quemando calorías una vez terminado el esfuerzo físico.