Aunque está prohibido, contratar falsos autónomos sigue siendo una práctica bastante habitual en muchos pequeños y grandes negocios. El caso de los riders ha destapado esta forma de actuar que estaba imponiéndose en algunos sectores.
La legislación española distingue entre asalariados y autónomos, pero entre ambos ha surgido la ilegal figura del falso autónomo. Un problema que se trata de evitar sancionando duramente a los empleadores que recurran a ella.
4¿Cómo se entera la Administración de lo que ocurre?
Contratar falsos autónomos es común en las grandes empresas, pero también en las pequeñas. De hecho, existe un grave problema al respecto en los despachos de abogados. Donde pocas veces hay empleados en plantilla, todos son autónomos. Aunque muchos de ellos sean tratados más como trabajadores que como profesionales independientes.
La Administración suele enterarse de este tipo de situaciones a través de las inspecciones de trabajo, pero también mediante la llegada de denuncias que pueden presentarse ante la Inspección de Trabajo, en el buzón de lucha contra el fraude laboral, o directamente en los juzgados.