Parece que las estanterías vuelven a estar llenas de leche, si bien la crisis continúa y nunca se sabe. No es momento de hablar de ello, sino de este alimento básico en si, lo más vendido e imprescindible junto con el pan. Una de las dudas más habituales es cuál será mejor tomar, si la leche entera, la desnatada o la semidesnatada. Y es que estamos en una época donde cada vez se cuida más la alimentación, y escuchamos esas voces que advierten por ejemplo de la idoneidad de no tomar leche entera. Veamos si es cierta esa afirmación y resolvamos otras dudas, para que te quede claro cuál de las tres deberías comprar exclusiva o mayoritariamente.
3DATOS CONCRETOS
Según el BOE, la diferencia principal entre leche entera y desnatada radicará en la proporción de grasa que incorpora y señala los parámetros: la entera tendrá un contenido mínimo de grasa de 3,5 gramos en 100 gramos de producto; en la desnatada estará en un máximo de 0,5 gramos. En la semidesnatada hablamos de entre 1,5 y 1,8 gramos.
La leche es uno de los alimentos más completos nutricionalmente: es fuente de proteínas, grasa, lactosa, minerales y vitaminas. Entre los minerales, destaca la presencia del calcio y el yodo, y en vitaminas, la A, E y sobre todo la D.
Un dato muy importante: la leche desnatada mantiene un mismo porcentaje de proteínas y calcio, pero también de azúcares, en forma de lactosa. Sin embargo, al retirar las grasas, con la desnatada pierdes las vitaminas A, D y E. Por eso, si vas a consumir la desnatada, elige la variedad enriquecida con vitaminas.