La locura se ha desatado como consecuencia del conflicto bélico que está sucediendo en Ucrania desde la invasión de Rusia. Se ha reflejado rápidamente en los precios de la energía, pero también en una inesperada escasez de aceite de girasol. Los supermercados españoles han optado por racionar el producto y limitar las botellas por cliente, y mientras tanto, el precio de este producto sube de forma imparable, equiparando y a punto de superar el del aceite de oliva virgen extra. Se trata de un fenómeno que nos recuerda a la fiebre del papel higiénico que se vivió al principio de la pandemia.
2ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA
Es nuestro producto nacional por excelencia, el oro líquido de la dieta mediterránea. Está compuesto por ácidos grasos monoinsaturados y es una fuente de grasas saludables, con beneficios para la salud. Reduce el colesterol malo y aumenta el bueno, además de combatir la hipertensión. Y encima está delicioso. Podemos encontrar diferentes alternativas de aceite de oliva, más puro o más refinado, para todos los usos, gustos y bolsillos. En contra del mito popular, se puede usar perfectamente para freír, aunque se recomienda no superar los 160 grados.