Los zapatos de tacón tienen la virtud de aportar altura, estilizar la silueta y destacar la figura de una forma espectacular. Alargan visualmente las piernas resaltan la curvatura de la espalda y el glúteo. Hubo un tiempo en el que los tacones eran cosa de hombres, pero a partir del siglo XVII comenzaron a vestir también los pies femeninos. Hoy día es un calzado imprescindible en eventos de cierta elegancia, y es el complemento perfecto en los estilismos más formales. Estéticamente, son maravillosos, pero hay que reconocer que pueden llegar a provocar un buen dolor de pies y de espalda.
3FORTALECER Y ESTIRAR LA ESPALDA

Como decíamos, el alzarnos sobre un tacón ato, obliga al cuerpo cambiar su postura, recayendo gran parte del esfuerzo en la espalda. Así que una buena solución para evitar que esto ocurra, es ejercitar la zona para tener una musculatura más fuerte y resistente. Ejercicios como planchas, algunas rutinas con pesas, incluso los estiramientos de espalda pueden ayudar a prevenir las molestias provocadas por el uso de tacones.