Putin resolvió nacionalizar las empresas extranjeras que estando en Rusia decidan irse del país, razón que le dio a Gestamp Automoción para cerrar sus cuatro plantas de producción las cuales, aunque sólo representan cerca del 1,3% del total de las ventas, afecta paralelamente sus procesos. La invasión que Rusia ha propinado sobre Ucrania ha desembocado en nuevos cuellos de botella en los procesos del sector de la automoción dado que, para la fabricación de semiconductores, son necesarios algunos elementos básicos provenientes de Rusia como el acero, en el cual Rusia es el cuarto mayor productor de acero a nivel mundial y que como ya sabemos los países aliados decidieron no comprar productos rusos en señal de castigo.
Referente al mismo producto, el mercado se encuentra a la expectativa ya que China, siendo el mayor productor de acero del mundo, en algunas situaciones parece estar del lado ruso con lo cual, ya se habla de sanciones que pueden vincular al país asiático. Parece algo exagerado de momento, pero ya se habla de ello cosa que incrementa la especulación y al mismo tiempo el pánico bursátil.
Adicional a ello, desde Ucrania se importa níquel, criptón y neón, del cual este último, Ucrania es uno de los mayores productores a nivel mundial, elementos también necesarios para la producción de los semiconductores.
No obstante, es necesario tener presente que Gestamp es una compañía multinacional con presencia en 24 países en los cuales tiene divididos más de 100 plantas de producción y más de 40.000 empleados a nivel mundial. Incluso con la llegada de la pandemia, aunque su fábrica principal en Wuhan tuvo que cerrar durante un largo periodo, las demás plantas apoyaron ese gap y salieron a flote, razón que da para pensar sobre una situación similar gracias a la experiencia previa.
Técnicamente la acción de Gestamp en gráfico de marco semanal alcanzó una desvalorización del 30,7% desde la atroz incursión de Rusia en Ucrania hasta el mínimo registrado en lo que llevamos de marzo. Sin embargo, es importante notar que el precio se encuentra apoyándose en el soporte más importante que ubicamos en junio de 2020 en inmediaciones de los 3 euros por acción los cuales, de recuperar dicho nivel y ubicarse nuevamente por encima de los 3 euros al cierre del gráfico semanal, sería indicios de un punto de giro al alza que, debido a su estructura técnica, presentaría apoyo del índice de fuerza relativa que se encuentra en niveles extremos de sobreventa. Adicionalmente encontramos un patrón psicológico de tipo swing que llevaría el precio a un primer objetivo en los máximos de enero arriba de 4,6 euros por acción y un siguiente objetivo en los máximos de 2021 arriba de 5 euros por acción lo que representa más de un 50% de beneficio en el mediano y largo plazo.