Los rumores en el trabajo están a la orden del día. Algunos tienen una base de verdad y otros son totalmente inciertos, pero todos ellos desequilibran el ambiente y acaban afectando a los empleados.
Porque rompen la necesaria tranquilidad que es necesaria para que los trabajadores puedan concentrarse en sus tareas. Los rumores hacen que comiencen las habladurías y todo el mundo está más pendientes de ellos que de su trabajo. Por suerte, podemos acabar con ellos.
5Hay que localizar el origen del rumor
En la mayoría de los casos es imposible atajar un rumor si no se encuentra el epicentro del mismo. Porque la persona que ha empezado a difundir la información puede seguir aportando datos, sean ciertos o no.
Se trata de localizar a los responsables y mantener una charla en privado con los mismos para qué den explicaciones sobre qué es lo que saben. En la mayoría de los casos esto suele ser suficiente para que depongan su actitud.