Foment del Treball, la principal patronal catalana, no ha comenzado nada bien esta semana. Por un lado, el socio tecnológico por excelencia de esta asociación empresarial, Glovo, ha perdido la condición de ‘unicornio’ y va camino de convertirse en un bluff histórico tras la compra de Delivery Hero. Por el otro, ha perdido por la vía administrativa contra su mayor adversario, la Assemblea Nacional Catalana.
En el año en el que celebra sus 250 años, la casa empresarial presidida por Josep Sánchez Llibre vive horas bajas. Las voces empresariales en Cataluña carecen del respeto de antaño a tenor de que no se ha materializado ninguna de sus propuestas ni peticiones.
Si Foment se oponía a la reforma laboral, ha salido adelante, su defensa de la ampliación del aeropuerto de El Prat cayó en saco roto, mientras que tampoco ha conseguido acuerdo alguno por la subida del Salario Mínimo y el cierre temporal de empresas de considerable tamaño debido a los altos precios del gas. En definitiva, no ha arrancado ningún acuerdo de impacto y las amenazas de huelga patronal por la situación económica de varios asociados se han quedado en el olvido. Todo ello, durante este y el pasado año.
GLOVO PODRÍA PROVOCAR UNA CRISIS REPUTACIONAL EN FOMENT
Sin embargo, si las cosas son susceptibles de empeorar empeorarán. Y es que la burbuja de Glovo, uno de los grandes fichajes de Foment justo antes del estallido de la pandemia en 2020, ha pinchado estrepitosamente. «El sector del delivery ha sido uno de los pilares de generación de empleo en los últimos años«, aseguró hace apenas 26 meses el presidente de Foment, quien añadió: «El aumento de la digitalización de la sociedad apunta a que será uno de los más dinámicos también a corto y medio plazo». Ni lo uno y puede que tampoco lo otro.
Y es que, la regulación de sus riders ha dañado seriamente la viabilidad de estas compañías. Ahora no podrán ser falsos autónomos, como hasta ahora, sino con su contrato legal. De hecho, en los últimos días, al socio tecnológico de Foment se le está mirando con lupa, y no sólo por los ‘riders’ sino también por sus números.
Casi dos años después de firmar por Foment, la empresa fue comprada por Delivery Hero. Su valoración alcanzó cifras no vistas en una startup, con más de 2.300 millones de euros. Unos números que han pecado de optimismo y especulación. Y es que, los inversores han huido de la empresa alemana como alma que lleva el diablo, con una caída superior al 60% desde que anunció la operación.
LA CAÍDA DE GLOVO, SOCIO TECNOLÓGICO DE FOMENT
La empresa fundada por Óscar Pierre ha generado un fuerte agujero en la compañía germana. Su valoración se sitúa por muy debajo de los 1.000 millones de euros y los analistas de HSBC han criticado con dureza la operación al calificarla de «estrambótica«. Lejos de ser un sector productivo, como aseguró Foment, lo único que es seguro en el delivey es que quema dinero y a una velocidad de vértigo. ¿Nadie en Foment advirtió en ello pese a contar un amplio equipo de expertos? Nadie dio la alerta y Sánchez Llibre rubricó su firma junto a la de Pierre.
La operación de compra de Glovo no la entiende nadie, ni los analistas del banco HSBC, expertos en la materia, aún menos. Delivero Hero pagaría las acciones de Glovo con acciones propias, a razón de una acción por cada 0,68. Es decir, valoraba a Glovo como un auténtico gigante del sector. La realidad sin embargo, es que está perdiendo dinero hasta el apuntador con esta compra. No hay tope mínimo ni tampoco máximo, el pago es en títulos. Si estos valen 200, 100 ó cero poco importa.
El sector cae debido a que el dinero ya no será gratis como hasta ahora y en tiempos de amenaza de una III Guerra Mundial no se conceden prisioneros a la hora de invertir. Se comienza a mirar con lupa las cuentas de las compañías tras años de una flexibilidad monetaria sin precedentes en la historia. Esto ha servido para crear ‘unicornios’ en empresas muy jóvenes y sin un proyecto claro de futuro. Pero para Delivery Hero, es algo coyuntural y temporal.
Aún creen en el negocio, pero algunos inversores recelan de este canto de sirenas. Si la valoración de Glovo cae como se teme, muy por debajo del dinero contante y sonante dejado en las rondas, no sólo perderán los inversores sino también los socios que estaban con ella, como Foment, debido a la crisis reputacional que les salpica directamente.
LA ANC GANARÍA EL PULSO A FOMENT EN LA VÍA ADMINISTRATIVA
Pero no todo pasa por la afectación a nivel empresarial. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha ganado a Foment ante la Comisión Nacional de la Competencia y los Mercados (CNMC). La patronal denunció la campaña del «Consumo Estratégico» de los independentistas, cuyo fin se centraba en la promoción de empresas afines al movimiento y con sede en Cataluña.
El fin de esta campaña era la promoción «de empresas con responsabilidad social». Todas las firmas tienen un perfil independentista, cooperativas o alejadas de los poderes políticos de España. Una forma de añadir clientes y convertirlas en empresas de fuerte implantación en Cataluña. Según la investigación realizada por la CNMC, la ANC no vulneró normativa alguna, pese a que una jueza llegó a paralizar la campaña en 2019 a instancias de Foment.
MÁS ALAS AL INDEPENDENTISMO
Tras 18 meses de investigación, la Comisión no ve falta alguna, según publica el diario Ara, tras 18 meses de investigación. Desde la CNMC no dan valoración ni realizan comentarios ya que no aún está cerrada. De hecho, la ANC no las tenía todas consigo y cerró la campaña en 2020.
Entre los argumentos esgrimidos por la patronal se encontraba el de «un ataque directísimo a la libertad de empresa«. Y es que, según la entidad presidida por Josep Sánchez Llibre, los independentistas no se dedicaban a promocionar únicamente a empresas afines, sino que se trataba de un boicot encubierto contra las empresas que no aparecían en su web.
Por el momento y a nivel judicial, aún no hay sentencia firme. En cuanto a la CNMC, podría dar un fuerte varapalo a Foment y dar alas al independentismo para reactivarse. Y es que, la ANC ha perdido también fuelle en los últimos meses, con sonoros pinchazos por la Diada y cualquier otra manifestación.
