Hemos oído muchas veces que quien tiene una mascota, tiene un tesoro. Lo cierto es que cualquier mascota, sea un perro, un gato, un conejo o cualquier otro animal, mejora considerablemente nuestra vida, especialmente en lo que a salud mental se refiere. Hay una gran multitud de estudios que demuestran que las personas que tienen mascotas son menos propensos a sufrir ansiedad y depresión y, en definitiva, son más felices.
3Tener un animal aumenta el sentido de la responsabilidad
Una mascota no es un juguete, es un animal que tiene sentimientos y que requiere de unos cuidados diarios. Los expertos aseguran que los niños que se crían con un animal en casa desarrollan mucho antes el sentido de la responsabilidad y el respeto, aprenden a compartir y desarrollan sus sentidos motores mucho antes, especialmente cuando se trata de perros. Además, un animal requiere que organizamos gran parte de nuestra vida entorno a él, ya que tendremos que alimentarlo, sacarlo a pasear, etc., haciéndonos ser mucho más responsables.