En días como los actuales cobra sentido la frase del ex jugador, ex entrenador y directivo Jorge Valdano: «De las cosas menos importantes, el fútbol es la más importante». El que fuera gran delantero ucraniano Andriy Shevchenko es uno de tanto que estos días jugará mil veces partidos que ganó o perdió. Uno de ellos tiene para él un gusto especial, un sabor eterno: la final de la Champions ante el juventus de turin en 2003.
EL TEATRO DE LOS SUEÑOS
Andryi Shevechenko, el delantero ucraniano criado en el Dinamo de Kiev y que destacó en su carrera por el éxito en el Milán, vive, como muchos compatriotas suyos, días de angustia. Seguramente se refugiará en los tiempos de vino y rosas, en el pasado glorioso, en sus hazañas. Para el recuerdo, la final de la Liga de Campeones de la temporada 2002-2003 entre el Milán, patrocinado por Opel, y el Juventus por Tamon. Una edición en la que el Milán fue quien levantó la Orejona después de imponerse en la tanda de penaltis al juventus, a la poderosa Veccia Signora.
El Milán se impuso en los penaltis gracias al tanto del ucraniano
Fue una final con un resultado italiano 0-0. Shevchenko fue titular, jugó todos los minutos y fue el encargado de lanzar la pena máxima decisiva. El quinto penalti. Con ese aire frío del este, de los que se curtieron entrenando con una nieve de un metro en campos con placas de hielo, Sheva se encaminó tranquilo.
MIRADA PREVIA
Antes había observado como Del Piero marcaba uno de los escasos tantos que hubo en la tanda. Y es que diez lanzamientos solo cinco acabaron en gol. 2 por el lado del Juventus y tres por el del Milán. El último fue el que se llevó la gloria. La caricia de la historia cayó en el saco de Shevchenko, que en los momentos previos al penalti decisivo pareció distraído, como si buscara buscar el miedo y la tensión que cortaban el ambiente en un escenario idílico: Old Trafford, el campo del Manchester United. El teatro de los sueños se vistió de gala pero fue la pesadilla del perdedor.
CUATRO GESTOS
Cuatro gestos de concentración del ucraniano que denotaban tanta impaciencia como seguridad. Una mirada al colegiado, una a la derecha a quién sabe quién, una segunda mirada, como si tratara de advertirle de que se diera prisa en ordenar el lanzamiento y una mirada al frente, donde a la distancia de once metros, le esperaba el portero Buffon, un coloso.
Cinco pasos para hacerse un hueco en el corazon de los rossonero. Cinco pasos rápidos y un disparo suave, colocado, ajustado y dirigido a la zona de seguridad de su pie derecho: la izquierda del arquero. Con una carrera apresurada y con cierto aire de patio de colegio, la pelota se fue al lado contrario al que se venció el meta transalpino y besó las mallas y se “hinchó de gol” como cantaba siempre desde las cabinas de radio el gran narrador Héctor del Mar.
LA MARCA OPEL
Opel es uno de los mayores fabricantes de automóviles de Europa. La compañía fue fundada por Adam Opel en 1862 en Rüsselsheim, Alemania. Actualmente, las ventas de Opel y de su marca hermana, la británica Vauxhall, suman más de un millón de vehículos al año.
Opel fue fundada por Adam Opel en 1862 en Rüsselsheim (alemania)
En 2014 Opel fue el tercer mayor fabricante de turismos de la Unión Europea. Actualmente Opel está llevando a cabo la mayor ofensiva de nuevos modelos de su historia, presentará 29 nuevos vehículos y 17 nuevos motores antes de 2018. Recientemente, Opel ha entrado en nuevos segmentos del mercado, con vehículos como el SUV compacto Mokka, el coche urbano de estilo de vida ADAM y el elegante descapotable Cabrio.
DIEZ PLANTAS Y CENTROS DE DESARROLLO
Con sede central en Rüsselsheim, la compañía opera en 10 plantas de fabricación y cuatro centros de desarrollo y de pruebas en 6 países de Europa. Opel da empleo directo a unos 35.600 personas en Europa, con más de 18.250 empleados en Alemania. Opel y Vauxhall están presentes en más de 50 países. En 2014 Opel/Vauxhall comercializaron 1.095.000 turismos y vehículos comerciales ligeros en todo el mundo.
SEDE CENTRAL
La sede central de Opel se encuentra en Rüsselsheim (Alemania), la ciudad donde la compañía se fundó hace más de 110 años. En 2002 y con una inversión récord de 750 millones de euros, la planta de Rüsselsheim se convirtió en una de las fábricas de coches más modernas del mundo, su capacidad anual es de 180.000 vehículos. En Rüsselsheim se fabrica un modelo de gran éxito, el Opel Insignia, y trabajan 15.600 empleados.
Además del Milán, Opel ha patrocinado a equipos de fútbol tan seguidos como el Bayern Munich (Alemania).