Un balance saneado y unas mejores perspectivas de generación de caja están permitiendo a Repsol reintroducir este año las recompras dentro de su marco financiero. La respuesta rápida y decisiva de la dirección, con unas decisiones acertadas, a la recesión provocada por la pandemia de 2020 ayudó a la empresa a reducir la deuda neta y mantener el apalancamiento estable frente a la mayoría de sus pares. En su comparecencia durante la presentación de resultados, Josu Jon Imaz, director ejecutivo, informaba de que «mejoramos la remuneración a nuestros accionistas, estamos aumentando el dividendo de 2022 en un 5% a 0,63 euros por acción y propondremos a la próxima junta general anual una reducción de capital del 5% a través del rescate de 75 millones de acciones».
Para el directivo, «el año 2021 terminó con una nota muy alta, con un beneficio neto ajustado del cuarto trimestre de 872 millones de euros, uno de los rendimientos trimestrales más sólidos de Repsol». En comparación con el tercer trimestre de 2021, «los resultados se benefician de los precios más altos del petróleo y el gas, una mayor producción, productos químicos sólidos y un mejor entorno del refino».
LOS DIVIDENDOS Y EL MARCO
Según el análisis de Bloomberg Intelligence, «los precios más altos de los hidrocarburos y los márgenes de refinación mejoran las perspectivas de generación de efectivo de Repsol para 2021, lo que indica una cobertura de dividendos más cómoda. Creemos que el marco financiero de la compañía puede respaldar las recompras de acciones que Repsol está reintroduciendo para compensar la dilución de dividendos flexibles anteriores».
La dirección tiró de varias palancas financieras para proteger su política de dividendos frente a las perspectivas más débiles para el precio de los hidrocarburos y la generación de caja en 2020. «Repsol también recortó los gastos de capital y los costes operativos, mientras que la suspensión de hasta 900 millones de euros en recompras fue un paso esencial para reequilibrar el marco financiero y retener el dividendo. La compañía redujo su pago en un 40% el año pasado, como esperábamos», apunta el informe de los analistas.
Los números avalan la consecución de los objetivos marcados y Repsol iría cumpliendo su compromiso de avanzar en el dividendo, que consiste en llegar a pagar, como mínimo, 0,60 euros en 2022 (será 0,63 euros); 0,65 euros en 2023; 0,70 euros en 2024; y 0,75 euros en 2025.
BALANCE GENERAL Y APALANCAMIENTO, SALUDABLES
Según Bloomberg, Repsol destaca entre sus competidores en términos de apalancamiento, ya que «la respuesta de la compañía a la pandemia y las perspectivas más débiles ayudaron a reducir la deuda neta durante la recesión en 2020. El balance se mantiene saludable, con un apalancamiento del 23% al final del 2T (prácticamente estable desde 2019)» ya que la compañía «mostró una sólida disciplina de gasto de capital para aliviar la presión durante la recesión impulsada por la pandemia».
La caída de la deuda neta y el apalancamiento contrastan con la mayoría de los pares de Repsol. Imaz decía al respecto que «hemos fortalecido nuestro balance reduciendo la deuda en un 15% o llegando a un nivel cómodo de 20%, muy por debajo del 25% comprometido para el período 2021 a 2025. Esto nos da flexibilidad para enfrentar la volatilidad, permitiéndonos considerar oportunidades que aceleren nuestra estrategia y dejando eso de lado, de sus principales preocupaciones, para el recordatorio del plan estratégico».
SALIDA DE SEIS PAÍSES
Repsol había logrado avances sustanciales desde que absorbió Talisman Energy en 2015, principalmente debido a la ejecución de una importante fase de desinversión. Imaz destacaba la racionalización de la cartera de Repsol entre 2021 y principios de 2022, donde «hemos completado nuestra salida de seis países, acercándonos al objetivo estratégico de concentrar nuestra huella geográfica, contribuyendo a aumentar la resiliencia de nuestro negocio de exploración y producción».
En el cuarto trimestre, «llegamos a un acuerdo para desinvertir nuestra posición en Ecuador y completamos la disposición de nuestro último activo restante en Vietnam. Después del final del trimestre, completamos la desinversión de nuestra posición en Rusia y Malasia y el aumento del interés exploratorio en el extranjero». Estas cinco transacciones se suman al cese de producción en España desde junio.
VERTIDO DE PETRÓLEO EN PERÚ
El incidente acaecido el 15 de enero en Perú cuando se produjo un vertido de petróleo en las instalaciones de la terminal número dos de la Refinería La Pampilla está siendo estudiado a conciencia por Repsol, que no es ajena a los problemas ocasionados en la zona.
El dirigente del gigante energético no se esconde al hablar de este asunto y reconoce que «las causas de este movimiento anormal están bajo investigación, ya que este derrame tuvo un impacto en la población y el medio ambiente natural, así como en las especies marinas de la costa peruana. Se estima que el vertido de petróleo asciende a aproximadamente 10.300 barriles que se están recuperando a través de un trabajo intensivo de limpieza del mar y las playas afectadas».
Repsol confirma su «compromiso de continuar mitigando sus efectos, así como de trabajar con las autoridades y las comunidades afectadas, respondiendo de la manera más efectiva y con total transparencia a la ciudadanía. Esperamos que la limpieza de la playa se complete a finales de mes, con áreas de acantilados difíciles de alcanzar, que se completarán un mes después».