Ahora que se habla mucho de la factura de la luz, conviene tener en cuenta algunos conceptos a la hora de elegir compañía o tipo de servicio.
La fluctuación de precios en el mercado mayorista afecta solo al consumo en la factura y solo a quienes tienen la tarifa PVPC: precio voluntario para el pequeño consumidor. En este caso, hay tres tramos de consumo: hora punta de 10 a 2 y de 6 a 10 de la tarde… hora llana de 8 a 10 y de 6 a 10 de la tarde… hora valle de 12 de la noche a 8h y fines de semana.
Quienes han elegido compañía en el mercado libre tienen un contrato y unos precios concretos que variarán en función de las ofertas.
A la hora de escoger entre las compañías, debemos fijarnos en dos aspectos: el término fijo de potencia, es decir, pagar una cantidad por los kilowatios hora que contratamos como consumo pico (a la vez)… lo más aconsejable para un hogar familiar es en torno a los 4 kilowatios.
Luego, está el precio del consumo de la luz… Una oferta puede tener más bajo el consumo de la luz pero más caro el término de potencia o al revés. Calculando el consumo mensual que tenemos, elegiremos mejor.
La tercera parte de la factura son los impuestos a la electricidad, el 5% sobre lo que llevamos sumado antes, más otro 7% también sobre lo que hasta ahora llevamos gastado, y que se llama Impuesto sobre el valor de producción de energía eléctrica.
A la suma de estos cuatro conceptos: término fijo, consumo y los dos impuestos… hay que cargarle el IVA, que hasta este verano era del 21% y, por un tiempo, el Gobierno ha decidido rebajarlo al 10%.
En conclusión: de la factura de la luz, el 27% son impuestos, un tercio es el término fijo y, cuando hablamos de lo que sube o baja la luz… es el otro tercio: el consumo real.