viernes, 8 noviembre 2024

AFR-IX telecom invierte en un cable submarino para conectar el sur de Europa con el norte de África

La empresa española AFR-IX telecom, operador de infraestructuras y telecomunicaciones líder en la región del Mediterráneo, ha anunciado la construcción de Medusa, una nueva infraestructura de comunicación submarina que quiere ser un referente en el Mediterráneo por su carácter neutral, de acceso abierto e independiente.

Para ello, AFR-IX ha firmado un acuerdo con Alcatel Submarine Networks (ASN), parte de Nokia y con más de 650.000 kilómetros de sistemas de cable submarino desplegados en todo el mundo, para la construcción de los 8.700 km de cable de fibra óptica de Medusa.

Este ambicioso proyecto, que implica una inversión de 326 millones de euros (AFR-IX es el fundador e inversor mayoritario) será el cable submarino de fibra óptica más largo del Mediterráneo. Es una infraestructura que reforzará la red de cables submarinos de fibra óptica ante una demanda creciente de tráfico de datos (incremento de un 40% anual) y en un contexto en el que los cables submarinos sostienen el 98% del tráfico de Internet.

El proyecto Medusa está avalado por la experiencia y ‘know how’ de AFR-IX en el sector de las telecomunicaciones submarinas. Con nueve años de recorrido, la compañía ya es líder en el sector, es una de las empresas de crecimiento más rápido según ‘Finantial Times’ y cuenta con una gran penetración en el mercado africano.

En España, está finalizando las obras de construcción de Barcelona Cable Landing Station, la estación de aterrizaje de cables submarinos de fibra óptica que entrará en funcionamiento este año y que pretende ser una alternativa a Marsella y una pieza clave para construir un ‘hub’ tecnológico en el Sur de Europa.

ECONOMÍA DIGITAL

Medusa dará respuesta a tres necesidades urgentes de conexión, ya que conectará el sur de Europa con el norte de África; reforzará las comunicaciones entre el Mediterráneo y el Océano Atlántico, y enlazará las principales islas del Mediterráneo como son Sicilia y Creta.

El cable se inicia en Lisboa y finalizará su recorrido en la ciudad egipcia de Port Said, pasando por diferentes países del Mediterráneo. En este sentido, contará con 16 puntos de aterrizaje en países como Portugal, Marruecos, España, Francia, Argelia, Túnez, Italia, Grecia y Egipto.

Concretamente, en España tendrá 3 puntos de conexión: en Zahara de los Atunes y Torreguadiaro, estaciones ubicadas alrededor del estrecho de Gibraltar, y en la futura Barcelona Cable Landing Station (Barcelona CLS), actualmente en fase de construcción.

La infraestructura de fibra óptica submarina entrará en funcionamiento en 2024, con la activación del primer tramo que conectará Lisboa, Barcelona y Marsella, con segmentos que alojan hasta 24 pares de fibra con una capacidad de 20 Tbit/s por par de fibra. Específicamente, se espera la llegada de Medusa a la estación Barcelona CLS para julio de 2024.

Norman Albi, CEO de AFR-IX telecom, destacó el valor estratégico de Medusa para mejorar la conectividad en el Mediterráneo y señaló que “Medusa nace con el objetivo de mejorar la conectividad de los dos márgenes del Mediterráneo y hará posible, por ejemplo, que la latencia de la conexión entre Barcelona y Sicilia sea solamente de 5,57 milisegundos. Esta capacidad es clave en un contexto en el que la pandemia ha evidenciado la necesidad de reforzar las redes para sostener una economía cada vez más digital”.

CABLE INTELIGENTE

Medusa es un cable de nueva generación (un ‘open cable’) y, como tal, el proyecto quiere dar respuesta a los retos actuales de las conexiones submarinas: establecer nuevas rutas para diversificar y descongestionar el tráfico de datos, ganar capacidad con un mayor número de fibras por cable y potenciar el acceso abierto (0open access0) a todas las estaciones de aterrizaje, esto último siempre sujeto a las regulaciones locales de cada país.

Más allá de la mejora de la conectividad, el cable contará en alguno de sus segmentos con una tecnología de monitorización inteligente pionera. Se trata de un sistema con sensores acústicos DAS (Detección Acústica Distribuida), que permite prevenir daños en el cable, que tiene una vida útil prevista de 25 años, mediante la alerta temprana de actividades potencialmente dañinas.

Asimismo, este sistema podría tener una aplicación muy positiva en el terreno de las mediciones sísmicas submarinas e incluso estudiar el comportamiento de mamíferos marinos en peligro de extinción. Este ambicioso proyecto, del que Medusa es un elemento clave, nace de la colaboración de un consorcio público-privado que integran AFR-IX telecom, la Universidad de Alcalá, el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) y Aragón Photonics.


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