Está claro que estamos en una nueva época, y que si Internet cambió nuestras vidas, las nuevas vueltas de tuerca del Internet de las cosas y de la digitalización ya de toda nuestra vida diaria afecta también al consumo o a los bancos. Pero mientras muchos jóvenes y gente de mediana edad confía ya en banca online, los más mayores quieren seguir yendo a su sucursal de toda la vida, conocer a su cajero y realizar todos los trámites en persona. Problema: que eso ya no es rentable para la banca, que cierra miles de ellas. La queja de nuestros mayores ha ido creciendo y el sector ha tenido que reaccionar con una ampliación de horario y nuevas medidas.
5Y MÁS PERSONAL
Los mayores han conseguido lo que parecía imposible, que de nuevo haya más empleados en los bancos, para cubrir esa ampliación. Incluso se ha creado la figura del embajador sénior, en el caso del Santander, que se ocupará ver las necesidades de estos clientes y priorizar su atención en momentos de más afluencia.
Entidades como CaixaBank van a ampliar su plantilla a 2.000 más, algo impensable en una época de pérdida de sucursales y por tanto trabajadores. Supone triplicar el número especializado en este segmento que había en este banco: 750 hasta ahora.