Las ayudas que el Gobierno ha dado a autónomos y empresas durante la crisis derivada de la pandemia van a tener consecuencias a largo plazo. Una de ellas es la prohibición de despedir, que en algunos casos se extenderá durante más de dos años.
Medida que se aplicará solo a aquellos empleadores que se hayan acogido en varias ocasiones a las prórrogas de los Expedientes Temporales de Regulación del Empleo o ERTES. Y cuyo incumplimiento puede dar lugar a importantes sanciones.
5Intereses y recargos
Además, el empleador que incumpla el compromiso de no despedir, no solo tendrá que pagar las cotizaciones condonadas de todos sus empleados, sino los intereses de demora y los recargos correspondientes.
En muchos casos esto puede suponer llevar el negocio directamente a la ruina, porque la deuda con la Seguridad Social podría llegar a ser excesivamente alta como para ser asumible.