El parqué no ha recibido de buen agrado la escisión de Naturgy en dos compañías, anunciada ayer por Francisco Reynés. Los inversores parece que no ven la operación con tan buenos ojos como el presidente de la gasista y por eso están castigando duramente al valor en la sesión de hoy. Los títulos del gigante energético caían pasadas las 11 de la mañana casi un 10%, rondando su cotización los 25,50 euros.
En concreto, los títulos de la energética presidida por Francisco Reynés, que ayer cerraron con una revalorización del 1,72%, iniciaron la sesión en terreno negativo, con un descenso de 3,7%, que minutos más tarde, a las 9.35 horas, ampliaban al 7,1%, hasta intercambiarse a 26,3 euros, pero la caída ha seguido hasta un descenso máximo por el momento del 9,85%.
La escisión del grupo en dos compañías cotizadas que englobarán los negocios regulados (infraestructuras de gas y electricidad) y liberalizados (generación y comercialización), bajo el denominado proyecto Géminis, fue la noticia estrella en el día de ayer en el sector energético español, y durante unos pocos minutos disparó el valor de la acción poco antes del cierre, hasta rozar los 29,45 euros, pero rápidamente en apenas 10 minutos se desplomó, aunque consiguió cerrar en positivo.
El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, consideró que Géminis tendrá «unas consecuencias espectaculares para España, ya que se crean dos campeones nacionales, en tamaño y capitalización, por encima de la mitad de compañías del Ibex 35».
En concreto, la actual Naturgy tiene un valor de empresa de unos 40.000 millones de euros, sumando su capitalización a día de hoy de unos 27.000 millones de euros y la deuda a cierre del año pasado de casi 13.000 millones de euros, a repartir entre las dos nuevas compañías.
No obstante, el valor final tras el proceso de cada una de ellas dependerá de la asignación final de la deuda para que cada compañía mantenga sus objetivos crediticios de ‘investment grade’, señaló Reynés.
Así, el ejecutivo de la energética indicó que se crean «dos hermanos gemelos» con esta escisión del grupo, con el objetivo de que cada una de las dos compañías se «focalicen» en sus actividades respectivas.
De esta manera, el proyecto supondrá la separación de estos negocios de Naturgy en esos dos grandes grupos cotizados, que mantendrán la composición accionarial actual y se situarían entre las primeras veinte compañías del Ibex por capitalización bursátil.
En lo que respecta al calendario, Naturgy espera finalizar el análisis de la operación en los próximos meses, con el objetivo de ejecutar la escisión a lo largo de este año, después de someterlo a la aprobación definitiva por parte de la junta general de accionistas.
FRÍA ACOGIDA DE LOS ANALISTAS
Los analistas financieros también han acogido con frialdad la operación. En un informe sobre la operación, Credit Suisse señala que al precio actual de las acciones, éstas «ya descuentan los múltiplos de fusiones y adquisiciones para sus divisiones clave», por lo que, «extraer más valor será un desafío».
La entidad financiera, que reitera la visión de ‘infraponderar’ a la energética dada su falta de escala significativa en renovables y la actual situación de los mercados de gas y energía, mantiene así su precio objetivo en 20 euros por acción.
Los analistas del banco también subrayan, a pesar de que el anuncio de la división del grupo «fue una sorpresa», que las acciones de la energética ya estaban descontando la expectativa de nuevos movimientos corporativos tras la OPA parcial lanzada por el fondo IFM, entre otros.
Por su parte, los analistas de Bankinter creen que la operación representa «una buena noticia», aunque «no ven mucho potencial de revalorización».
«A los precios actuales, los ratios de valoración son exigentes. El ratio PER sobre los beneficios de 2025 incluidos en su plan estratégico se sitúa en 18,5 veces. La rentabilidad por dividendo (4,2%) es inferior a la de otras empresas del sector (REE, Enagás)», añaden.
Los analistas del banco destacan que el objetivo que busca Naturgy con esta escisión es que cada una las dos compañías se focalice en sus actividades respectivas y optimizar la estructura del grupo.
Así, afirman que al estar acotados los riesgos y negocios de cada grupo, «permitirá focalizarse mejor en la búsqueda de oportunidades y de financiación» y podría «facilitar la materialización de una eventual operación corporativa en el futuro».
Actualmente Naturgy tiene un valor de compañía de unos 40.500 millones de euros -27.500 millones de euros de capitalización bursátil y 13.000 millones de euros de deuda neta- a repartir entre las dos compañías.
El negocio regulado de redes de distribución de transporte de gas y electricidad representa el 61% del resultado bruto de explotación (Ebitda), con el 40% en España y el 20% en Latam). Por su parte, el negocio liberalizado de generación y comercialización representa el restante 39%.
EL NEGOCIO REGULADO PODRÍA SUPONER EL 70% DEL VALOR
De esta manera, Bankiter señala que el negocio regulado, por su carácter de mayor visibilidad en generación de flujos, admite más deuda que el negocio liberalizado, por lo que cree que, del total valor del grupo, alrededor del 70% podría atribuirse al negocio regulado, frente al 30% al liberalizado. Además, estima que la división permitirá al grupo alcanzar los objetivos del plan estratégico 2025 «con más garantías».
Por su parte, Banco Sabadell ve que la creación de valor «será a medio plazo y podría ser «asimétrica» entre las dos compañías surgidas de la escisión de Naturgy.
Además, los analistas advierten de que la actual cotización de Naturgy «ya estaría descontando un escenario optimista de rotación de activos (a múltiplos atractivos) y desarrollo renovable».
Por ello, indican que la generación de valor adicional necesaria para mejorar la recomendación debería ser superior al +30%, lo cual les «parece difícil a fecha de hoy, ya que cotiza con prima frente a comparables».