La alimentación infantil es uno de los puntos más importantes para los padres y madres. Hasta ahora, las dos principales marcas que se repartían esta tarta han sido Hero y Nestlé. Sin embargo, ha aparecido un nuevo actor que les está haciendo sombra. Ese es Smileat, que ya ha conseguido situarse por encima de la compañía suiza.
Smileat es una empresa de alimentación infantil 100% ecológica fundada por Alberto Jiménez y Javier Quintana en 2015. «Nacemos por una necesidad real que vemos en nuestras propias familias. Yo empiezo a informarme y a leer que ha habido casos de enfermedades en mi familia, intento entender qué es lo que puedo hacer yo para que no me pase en un futuro y, en paralelo, nace mi primer sobrino, todos estamos volcados con él. Vimos lo que había en el mercado a nivel de alimentación infantil y consideramos que había mucho por hacer y que aportar en el mercado. Ahí es cuando me pongo en contacto con mi socio Javier Quintana y es cuando nos ponemos con Smileat», explica a MERCA2 Alberto Jiménez, uno de los fundadores de la empresa.
El modelo de trabajo de Smileat está basado en tres pilares. «Uno es que solo trabajamos con productos ecológicos como obligación, pues consideramos que toda la parte de antibióticos y químicos a los que están expuestos la agricultura y la ganadería afectan directamente a la salud del ser humano a largo plazo: es un mal oculto que no se ve».
«En paralelo – añade Jiménez – trabajamos en que la formulación, es decir los ingredientes que le ponemos a nuestros productos, que sean solo fruta y verdura. No encontrarás almidones, espesantes, zumos de concentrados, sal… En un tarrito de pera y manzana vas a encontrar un 50% de pera y un 50% de manzana. En el resto de productos pasa lo mismo: el snack que tenemos, el Smilito, tiene maíz y aceite de oliven virgen extra, intentamos eliminar todo lo que no es necesario».
Smileat ha tenido una facturación récord en 2021 con más de cuatro millones de euros
El último pilar en el que basan su trabajo es todo lo relacionado con la tabla nutricional. «No creemos que un producto deba tener azúcar o azúcar añadido. Por ejemplo, los cereales para niños que hemos lanzado tienen un contenido de fibra muy alto y un contenido de azúcar bajísimo: 2,9 gramos contra los 20-25 gramos que tiene la competencia».
SMILEAT SUPERA A NESTLÉ
Desde esta compañía española apuestan por los productos naturales poniendo el foco en la innovación. El hándicap de esta decisión: «penalicemos un poco el sabor». El cofundador de Smileat señala que «un niño no necesita una explosión de sabor porque si lo acostumbras a comer sin azúcar va a aceptar perfectamente ese tipo de productos».
Sin embargo, es en la innovación donde están especialmente centrados «y lo hacemos realmente bien es a nivel de innovación. En el caso de los cereales, por ejemplo, hemos decidido utilizar harina de legumbre, que es raro en un cereal, y no endulzarlo con nada más que con una fibra vegetal (achicoria). Al final es pensar fuera de la caja e invertir mucho en innovación».
Además, Smileat tiene muy presente la transparencia. Todos sus envases son reciclables. «Somos la única empresa con envases 100% sostenibles. Tenemos un mensaje de transparencia e intentamos explicar quiénes somos y quiénes están detrás de la marca, los cambios que hacemos como los cambios de envase… Creo que el consumidor acaba sintiendo empatía y realismo».
Todos estos movimientos innovadores en un mercado tan tradicional han hecho que Smileat haya adelantado en menos de una década a gigantes como Nestlé. «Nosotros ahora mismo somos segundos en cuota de mercado, estamos vendiendo por encima de Nestlé. La empresa suiza cambió hace dos años su estrategia y se pasaron a lo ecológico en tarritos y ‘poaches’, que es un formato de fruta autobebible. Este año les hemos superados en ventas».
FACTURACIÓN RÉCORD
Esta segunda posición en la cuota de mercado se ha traducido también en un aumento de la facturación. En 2021, Smileat facturó 4,7 millones de euros, un 52% por encima de 2020. Con estos buenos datos, es normal que la compañía mire con optimismo el futuro. Se han propuesto que para 2023 puedan llegar a facturar 10 millones de euros. Por el momento, las ventas de sus productos entran tanto por su web como por los lineales de los supermercados. «Nuestra web pesa ahora mismo el 25% de nuestras ventas».
«Vemos que el crecimiento de la marca, el reconocimiento es muy bueno. Estamos creciendo porque aumentamos la rotación, es decir, porque cada vez más clientes nos compran en los puntos de venta, en ‘ecommerce’, etc. La gama de Triboo, que es la gama de niños que lanzamos el año pasado, es uno de nuestros focos y nuestros pilares porque es dar continuidad a nuestro consumidor, ya que se iba cuando el niño tenía en torno a 3 años, y así acompañarles en todo el proceso hasta que el niño tenga 8 y 9 años», destaca Alberto Jiménez.
Por último, Alberto Jiménez señala qué áreas de su sector van a seguir explorando. «Somos los únicos que hemos puesto el foco en el ‘ecommerce’. Es una exigencia a nivel de consumidor, de ‘costumer service’: que alguien te conteste al momento si tienes una incidencia real y no mandar un formulario y que te conteste un robot. Personalización, vamos a lanzar un’ quick commerce’, que es la entrega en 45 minutos y empezaremos en Madrid en febrero. Creo que en la parte ‘ecommerce’ hay un nicho por seguir explotando y creciendo en el que a las multinacionales y competidores les está costando más».