El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha afirmado que existe un «elevado» nivel de incertidumbre respecto a la evolución de la inflación pero sigue manteniendo que, a medio plazo, se «moderará».
Pablo Hernández de Cos ha realizado estas manifestaciones durante su intervención en el encuentro Deusto Business Alumni celebrado en Bilbao en el que ha ofrecido una ponencia bajo el título ‘La política macroprudencial: objetivos, herramientas y coyuntura actual’.
En relación a la evolución de la inflación, ha apuntado que los últimos datos, tanto los de diciembre como de enero, muestran una «sorpresa al alza», con un IPC que alcanzó el 5%.
Hernández de Cos cree que los riesgos para la inflación se encuentran «sesgados al alza», en particular, en el corto plazo, «al menos en tanto perdure este actual episodio de volatilidad elevada y altos precios energéticos».
El gobernador del Banco de España ha señalado que, en el horizonte de medio plazo, se mantiene la expectativa de que la inflación se moderará. Según ha añadido, durante los últimos meses ha aumentado la probabilidad de que la inflación en el medio plazo se sitúe en el entorno del 2%, pero «no se perciben riesgos de que se sitúe, en ese plazo, persistentemente por encima de ese nivel».
En este sentido, ha subrayado que las expectativas de inflación en el área del euro se sitúan, en estos momentos, en niveles «ligeramente» por debajo del 2% y el crecimiento de los salarios «sigue siendo todavía moderado».
Tras indicar que el componente energético es el principal factor que se encuentra detrás del incremento de los precios, aunque «no el único», Hernández de Cos ha afirmado, no obstante, que el nivel de incertidumbre que existe sobre el escenario de inflación es «muy elevado» y ha asegurado que, por ejemplo, las tensiones geopolíticas como las que se viven ahora en Europa pueden llevar «a nuevos incrementos de los precios energéticos que podrían retroalimentar esos incrementos de salarios y una espiral inflacionista.
Junto a ello, ha añadido que la evolución de los cuellos de botella es «muy incierta» y ha advertido de que el repunte de la inflación puede llevar a una caída «más persistente de la renta real de los hogares y empresas».
Hernández de Cos ha asegurado que, dado todo este escenario, desde el Banco de España se considera que, «más que nunca, es necesario mantener la opcionalidad, la flexibilidad y la dependencia de la información que se vaya recibiendo para ajustar adecuadamente el tono de la política monetaria».
En este sentido, ha manifestado que el «ancla fundamental de la política monetaria» son las orientaciones de futuro de los tipos de interés, que incluye «una secuencia por la cual sólo se aumentarán los tipos de interés después de haber finalizado los programas de compras».
EVITAR «ENDURECIMIENTO PREMATURO» DE LA POLÍTICA MONETARIA
Además, ha añadido que, para que se produzca ese primer incremento de los tipos de interés, se tienen que cumplir «a la vez» tres condiciones que afectan a la inflación prevista en el medio plazo y a la subyacente observada, con el fin de evitar «un endurecimiento prematuro» de la política monetaria.
Hernández de Cos ha manifestado que, en este contexto de incertidumbre y con expectativas de inflación de medio plazo que «no muestran riesgos de desanclaje al alza», cualquier normalización de la política monetaria debe ser «muy gradual».
Todas nuestras medidas de tipos de interés nominales naturales de la economía son muy reducidas, lo que también abunda en esa necesidad de mantener el gradualismo. La dirección de hacia dónde dirigir nuestra política monetaria está clara, pero creo que no hay que precipitar conclusiones sobre su calendario, será gradual y dependiente de los datos», ha precisado.
COLCHÓN DE CAPITAL ANTICÍCLICO
Hernández de Cos ha aludido a algunas de las herramientas de la política macroprudencial como las del colchón de capital anticíclico (CCA), de manera que los requerimientos de capital se elevarían en las fases expansivas del ciclo de crédito y se reducirían en periodos recesivos.
El gobernador del Banco de España ha subrayado que, antes de la crisis derivada de la pandemia, la economía española no estaba mostrando un incremento de los riesgos sistémicos, de manera que se mantenía en el 0% el porcentaje del colchón de capital anticíclico.
Según ha explicado, durante la crisis se produjo un incremento «muy significativo» de la brecha de crédito-PIB y se ha mantenido en valores superiores a dos puntos porcentuales, que es el «umbral de alerta» a partir del cual se recomienda la activación del CCA. Sin embargo, ha asegurado que «no era el caso», porque ese incremento se produjo no como consecuencia de un aumento «muy abrupto» del crédito sino por «el hundimiento» del PIB.
Hernández de Cos ha afirmado que lo que se está viendo ahora, con la recuperación iniciada a partir del segundo trimestre de 2021, es que el crecimiento del PIB está siendo «más significativo» que el del crédito y, por tanto, la brecha de crédito-PIB está volviendo «a su posición original».
Según ha apuntado, esperan que se siga produciendo una reducción de esta brecha en los próximos trimestes, de manera que no prevé aumentar el CCA mientras que la economía no haya recuperado su nivel de actividad potencial o sigan sin observarse señales de desequilibrios en el ciclo crediticio.
Hernández de Cos ha manifestado que el Banco de España quiso señalizar que no se iba activar el CCA para «tranquilizar a las entidades» y que no se produjera una «restricción de crédito».
Ante la apuesta de países como Reino Unido de tener en condiciones cíclicas neutrales un colchón de capital anticíclico positivo, ha señalado que su justificación tiene «mucho sentido económico».
En este sentido, ha señalado que el Banco de España había iniciado una reflexión antes de la crisis sobre si el CCA neutral debe ser positivo en lugar de cero y ahora la están retomando, aunque ha apuntado que no se tienen que precipitar porque está «lejos» que la economía española recupere los niveles previos a la crisis.
Cuestionado por si el mantenimiento de una política monetaria expansiva durante tanto tiempo puede estar generando desequilibrios, ha manifestado que, en el caso del euro, la política monetaria tiene como fin la estabilidad de precios y ha recordado que el objetivo de inflación es del 2% en el medio plazo.
Según ha apuntado, en la década previa a la crisis, ha habido una inflación muy baja, por debajo del objetivo del BCE, lo que ha llevado a los bancos centrales a tener unas condiciones financieras «muy laxas» parar lograr ese objetivo.
Ha reconocido que esas condiciones financieras laxas pueden generar «efectos colaterales» como puede ser sobre los mercados inmobiliarios, pero, para luchar contra esos potenciales desequilibrios, se han dotado de los instrumentos macroprudenciales, que son la «primera línea de defensa» contra esos desequilibrios, en particular, en el mercado inmobiliario.
NO VE RIESGOS EN EL SECTOR INMOBILIARIO
En todo caso, no cree que sean necesarias esas medidas macroprudenciales en relación al sector inmobiliario español porque no aprecia, por el momento, acumulación de riesgos.
No obstante, el gobernador del Banco de España ha señalado que el hecho de que se esté produciendo un «boom inmobiliario» a nivel global que afecte a varios países europeos les hace «ser cautos» y hay que tener «un grado de vigilancia superior», porque puede haber algunos factores comunes a nivel global como la existencia de unas condiciones financieras «muy laxas» que puedan estar generando «una especie de ciclo financiero también global», en particular, en el mercado inmobiliario.