Entre la M30 (Calle 30) y el Hipódromo de la Zarzuela hay una parcela de terreno de 184.865 m2 en la que en 1932 se construyó la que se llamó la Playa de Madrid. Se trata de una zona de ocio y baño que se levantó junto al Manzanares y posteriormente se amplió añadiendo otras instalaciones deportivas. Las instalaciones comprenden dos territorios enlazados por un puente que se localizan en ambos lados del río Manzanares.
El recinto, que incluye piscinas, pistas de tenis, restaurantes y otros espacios, estuvo históricamente en manos del Grupo Cantoblanco, o Grupo Arturo, por ser propiedad de Arturo Fernández. El empresario presidió durante años la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM). Sin embargo, tras el estallido de la crisis, la compañía gestora sufrió una difícil situación financiera que, en última instancia, dejó paralizada la gestión del espacio ubicado a la entrada del Pardo. A esas alturas, la deuda acumulada rondaba el millón de euros, dejándosela íntegra a Patrimonio Nacional.
En septiembre del pasado año la entidad pública sacó a concurso la gestión de las instalaciones deportivas. El pliego del concurso señalaba que la duración del arrendamiento y explotación de las instalaciones podría llegar a los 25 años, pero con un pago de 4,6 millones de euros al Estado. Además, entre otras condiciones el nuevo empresario tendría que financiar la rehabilitación, adecuación y renovación de la Playa de Madrid con una inversión de no menos de 3 millones de euros. Se trata de poner a punto diez pistas de tenis y siete piscinas, además de cuatro pistas de pádel y una de patinaje, un gimnasio, cuatro canchas de frontón, terrazas y otras prestaciones.
Es por este elevado precio que el concurso para gestionar la Playa de Madrid quedó desierto. Igualmente, Patrimonio Nacional exigía a las empresas que se presentaban al concurso una solvencia económica. Para ello, se deberá acreditar un volumen anual de negocios de, al menos, 2.000.000 de euros. Las instalaciones se encuentran en un estado decadente, con grafitis pintados en todas las paredes y vandalizados todos los edificios. Los casi siete años que ha pasado abandonado a su suerte le han pasado factura a la única playa que ha tenido Madrid. Expresamente se desvió un río cercano que hizo las delicias de los madrileños durante los años en los que estuvo activo.
Los siete años que ha estado abandonado han pasado factura a la playa de Madrid
HISTORIA DE LA PLAYA DE MADRID
Las instalaciones se construyeron en los años 30 del pasado siglo por el arquitecto racionalista Manuel Sánchez Monasterio. Su objetivo era convertirse en un proyecto de ocio pensado para las clases populares, pero pese al interés que generó inicialmente, el recinto fue a menos y la Guerra Civil le pasó factura. Posteriormente fue remodelado, pero su época grande llegó en los años 70, cuando Telefónica se hizo con su explotación para uso y disfrute de sus empleados. Luego pasó a manos de grupo Cantoblanco, con su consiguiente auge y decadencia por los problemas del empresario con la justicia.
El nombre del complejo se debe a una playa fluvial que fue desarrollada artificialmente aprovechando el caudal del Manzanares. Fue en 2019 cuando se desmontó dicho espacio del complejo, por decisión de la Confederación Hidrográfica del Tajo. El complejo se encuentra dividido en dos zonas, una en su margen derecha y otra en su margen izquierda.
La parte situada a la derecha tiene una superficie total de 92.197 m2 y se corresponde con una zona del monte arbolada y cuenta en su extremo sur con un aparcamiento para vehículos. A su vez, está integrada por dos zonas diferenciadas situadas al norte y al sur de la autopista de circunvalación M-40. Ambas están enlazadas entre sí por un angosto corredor de 4 metros de anchura y 300 metros de longitud. Linda por el norte con el área reservada del Monte de El Pardo, por el sur con la carretera del Palacio de la Zarzuela. Igualmente, por el oeste se encuentra el Hipódromo de la Zarzuela.
Por otro lado, el área izquierda tiene una superficie total de 92.668 m2. Está rodeada casi en su totalidad por el Monte de El Pardo, además de las instalaciones deportivas de Puerta del Hierro. Por la parte este, se encuentra la autopista M30 mientras que por el oeste se encuentra la senda del río Manzanares. En ella se encuentran localizadas las edificaciones e instalaciones deportivas y recreativas del arrendamiento.